Siempre me ha llamado la atención que se utilice la palabra "patata" para referirse al corazón.
No es que sea demasiado habitual, pero si es cierto que en determinados ambientes coloquiales se utiliza con alguna asiduidad.
Desconozco el origen de esta costumbre, de designar a tan importante víscera con el nombre de ese distinguido tubérculo.
En esto, como en todo, hay opiniones para todos los gustos y de todos los colores: quienes dicen que se debe a que a ambos hay que regarlos para que crezcan; a que el corazón al latir hace algo parecido a "pá, tatá; pa, tatá...", a que los dos son más duros y resistentes de lo que parecen, o tal vez simplemente por la similitud de sus formas.
Desafortunado intento de corazón-patata |
En cuanto a esto último, la verdad, yo no lo veo.
O mejor sería decir que no lo veía, porque fijaos lo que ocurre con la siguiente imagen al inclinar levemente la cabeza hacia el lado derecho.
Curioso, ¿verdad? Ciertamente el parecido existe. Aunque cambiando el ángulo de la fotografía y volviendo a ladear la cabeza como antes hicimos pero en la dirección opuesta, más bien lo que vemos ahora parece "otra" parte del cuerpo humano. Ya sabeis: donde la espalda pierde su casto nombre.
En cualquiera de los casos he de reconocer que ni su simpático aspecto ni sus formas caprichosas le sirvieron de mucho, ni fueron motivo suficiente para condecerle el indulto. En esto se convirtió, minutos después, nuestra admirada patata. (No, aquí no hace falta movimiento alguno para verlo).
Y un rato después, la cena estaba preparada. La humilde patata convertida en uno de los grandes hitos de la gastronomía patria. ¿Ustedes gustan?
Ya lo decía La Trinca, en aquella gamberra canción de hace tantos, tantos años:
"Qué pasa con el Darwin, tanto dar la lata,
si el hombre viene de la patata".
Qué buena pinta tiene esa tortilla de patatas. Una exquisitez para la cena, un acierto siempre. Hiciste bien en no concederle el indulto.
ResponderEliminarEn determinadas ocasiones, no cabe clemencia alguna.
EliminarGracias por la visita, Amparo.
Curiosa entrada. Esta es de ls mias.
ResponderEliminarquien la pillara esa tortilla.
Saludos, Sevillano. Me alegro de que te guste.
Eliminar¡La Trinca! Casi, casi, de la época de los dinosaurios.
ResponderEliminarComo pasa el tiempo amigo. Y que mayores nos hacemos.
Así es, Pepet. Han pasado la friolera de... nosecuantos años. Pero los llevamos muy bien, que conste.
EliminarEstic amb Pepet. Que llunt queden eixos temps!
ResponderEliminarEnhorabona pel sopar.
Gracies Comandant.
Eliminarjajajajaja
ResponderEliminarFelicidades al fotografo.
Gracias Pedrito.
EliminarY al cocinero tambien.
ResponderEliminarSe las daré de tu parte.
EliminarLa cocinera fue mi señora esposa, toda una experta en el noble arte de hacer estupendas tortillas.
Me ha parecido muy curiosa esta entrada porque no me pega mucho con tu estilo de escritura habitual. Pero, que caray, has conseguido sacarme una sonrisa. Y eso con los tiempos que corren no creas que es tan fácil.
ResponderEliminarContinuaré, como siempr, pendiente de nuevas entregas.
Y... ¡buen provecho!
No todo van a ser comentarios de libros y artículos de crítica social. Creo que es más entretenido si hay un poco de todo.
EliminarLa mezcla siempre enriquece y como muestra ahí están las imágenes.
Grande, Paco.
ResponderEliminarAunque yo de la Trinca me quedo con "El barón de bidet".
Salud.
"...famosísimo inventor".
EliminarComo decía Pepet, hay que ver cómo pasa el tiempo.
Valiente tonteria.
ResponderEliminarGracias por tu aportación.
Eliminarla verdad es que a pesar de llegar un poco tarde a leerlo, esta entrada me ha sacado una sonrisa y me ha recordado la leyenda que cuenta que la forma con la que representamos un corazón en la actualidad viene de girar el retrato de una mujer agachada al desnudo porque como ya sabemos, esa no es su forma real ni de lejos. Me gusta el alma de esa tortilla y las consecuencias que ha tenido, a demás apuesto a que estaba riquísima.
ResponderEliminarMe alegra saber que con esta entrada he conseguido sacarte una sonrisa, ya que es lo que se pretendía.
EliminarDesconocía tu "versión" del por qué de la representación del corazón, pero me parece más subrealista todavía.
Gracias por la visita. Y por dejar tu comentario.