martes, 14 de noviembre de 2017

Casualidades



Ayer fue 13 de noviembre. Aparentemente una fecha más en el calendario. El día en el que parece que por fin dejamos atrás las temperaturas anormalmente altas de este verano que se resiste a abandonarnos y comenzaron los fríos más propios del otoño-invierno. Pero también un día que desde hace años y por diferentes motivos está marcado en negro en muchos calendarios.


Un 13 de noviembre, de 1992, en Madrid fue asesinada Lucrecia Pérez, una inmigrante dominicana que se convirtió en la primera víctima mortal del racismo y la xenofobia reconocida como tal en España.

Ese mismo día (13 de noviembre de 1992) fueron secuestradas, violadas, torturadas y brutalmente asesinadas las tristemente recordadas niñas de Alcàsser.

Otro 13 de noviembre, este caso de 2002, el petrolero Prestige zozobró frente a las costas de Galicia. Su errática travesía duró casi una semana, hasta que el día 19 se partió en dos, derramando miles de toneladas de fuel en las aguas y las playas gallegas (pese a ser apenas “unos hilitosh de plashtelina”). Curiosamente ese mismo día pero del año 2013 resultaron absueltos los tres únicos acusados por la catástrofe.

Más recientemente, el 13 de noviembre de 2015, tuvieron lugar una serie de atentados terroristas en la ciudad de París, que produjeron más de un centenar de víctimas mortales. Restaurantes, terrazas y la sala Bataclan fueron los escenarios.


Casualidades del destino, ayer 13 de noviembre, fue el día elegido para hacer pública la candidatura que encabezará el fugado ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, en las elecciones autonómicas del próximo día 21 de diciembre.

Mira que hay días en el calendario. Pues no. Tuvo que ser ayer, precisamente ayer, cuando nos enteramos. Junts per Catalunya parece que será en esta ocasión el nombre del engendro. Como si el resto de candidaturas se presentaran por Laponia, el Tibet o la república independiente de Ikea.

Acostumbrados como están a cambiar de nombre y de siglas en cada cita electoral (para ver si con ello consiguen que nos olvidemos de lo anterior y tapar “lo” de Pujol, Mas, tres por ciento, Palau… y demás zarandajas sin importancia) en esta ocasión tampoco se han atrevido a definirse como independentistas (ni tan siquiera como republicanos).


En esa parte del tablero ERC (ya veremos con que cabeza de cartel) son los únicos que se mantienen firmes en su ideología y su propósito. Estemos de acuerdo o no, al menos hay que reconocerles su coherencia.

Y los de la CUP al final han decidido que mejor ir ese día a votar que marcharse de comilona (por cierto, qué manía con la paella. Por qué no proponían hacer ese día una calçotada general? Más catalán sería, digo yo).



Pues nada. Que Pugi y los suyos (entre fugados, encarcelados y unos cuantos más) conformarán la lista “por Cataluña”. Ellos son los únicos merecedores de tal honor. Pero manteniendo la ambigüedad. Dando, como es habitual en ellos, una pasito p’alante y dos para atrás. El quiero y no puedo. El declaro pero suspendo. El me salto las leyes y juego a aprobar otras. El reniego del Tribunal Constitucional, pero luego le pido amparo cuando empiezan a temblar las piernas ante lo que se viene encima.



No sé si todo esto parecerá suficiente. A mi al menos si me lo parece. Por todo lo anterior creo firmemente que hay días que no deberían existir -o que nunca deberían haber existido-, y el 13 de noviembre es, sin duda, uno de ellos. ¡Eliminémoslo del calendario! Aunque quizá sea mejor mantenerlo, pero remarcándolo más si cabe, para no olvidar nunca todo lo que en ellos ocurrió.


Por cierto, que otro 13 de noviembre (en este caso del año 2010) falleció el director de cine Luis García-Berlanga. Otra coincidencia más. Con su arte y su particular sentido del humor ¡qué película habría hecho con todo esto del “prusés”!



viernes, 10 de noviembre de 2017

"Cuervo negro"

Autora: Anabel Botella



Novela negra.   
Ediciones Babylon
1ª edición: marzo de 2017
484 páginas.





BIOGRAFÍA

Nacida en Cartagena (aunque ella se considera "aguileña") en 1970, Anabel Botella Soler es una polifacética autora cuya actividad profesional siempre ha girado alrededor de la literatura. Escritora de cuentos dramatizados, actriz de obras de teatro infantil, administradora del blog laventanadeloslibros.blogspot.com donde también publica sus reseñas,  y escritora fundamentalmente hasta ahora de obras de literatura juvenil y romántica.

Entre sus obras anteriores destacan "Ángeles desterrados" (2011), "Ojos azules sobre Kabul" (2012), "Como desees" (2013), "Dead 7" (2014), "Fidelity" (2013) y la más reciente "Dos instantes" (2017).






"Cuervo Negro" supone un cambio en su carrera, con una incursión en un género (el negro) que demuestra también dominar a la perfección.




SINOPSIS

El "secuestrador de la vela" tiene en vilo a la ciudad de Valencia. 

Gabriel, tras la desaparición de la mejor amiga de su hermana, comienza a sospechar quién se encuentra detrás de estos crímenes, puesto que su familia guarda oscuros secretos y nada podrá impedir que acudan al reclamo de la sangre...

Con Cuerpo Negro, la prestigiosa autora Anabel Botella se adentra en el thriller a través de una historia que remueve conciencias y muestra el lado más sombrío de las relaciones humanas.


COMENTARIO


A menudo tras la lectura de un libro, y si nos ha gustado con mayor motivo, solemos guardar en la memoria algún personaje que por sus características o su construcción hemos destacado del resto. Otras veces es la propia historia, ya sea por su originalidad, por el ritmo con el que se desarrolla, por sus giros argumentales, por el tema que trata, por la profundidad de sus reflexiones... la que queda en nuestra memoria. Y otras veces no es nada de eso -o todo ello a la vez- lo que recordamos, tiempo después, al evocar lo que más nos gustó de aquella lectura.


En esta ocasión Anabel Botella nos lleva de la mano en una historia de violencia, de maldad extrema, de falsas apariencias y verdades nunca bien escondidas, donde por encima de todas estas circunstancias es el ambiente el que supera y atrapa tanto a los personajes como a la propia acción.

Una historia que supera con creces el viejo dicho de que los trapos sucios se deben de lavar en casa, en la intimidad familiar, y en la que comprobaremos cómo se intentan ocultar.

Las falsas apariencias, el disimulo, la negación de todo lo que se separe de lo moralmente aceptable. Todo tapado, negado, oscurecido en un ambiente de rezos y velas; envuelto en un hedor de suciedad acumulada pretendidamente enmascarado con perfumes caros que al mezclarse producen una combinación todavía más repugnante e insoportable.


Madonna de Ognissanti, de Giotto


Domina Anabel Botella la descripción de personajes (y en esta historia aparecen una buena cantidad) sin apenas contarnos cómo son, haciendo que sean sus propios actos, sus omisiones y sus silencios los que hablen por ellos. Así vamos conociendo la historia de una familia (los Cuervo del Valle) que conforma un verdadero catálogo de maldad, de delitos y de perversiones, todos ellos enmarcados en un ambiente opresivo, represivo y claustrofóbico. 

"No puedo ayudar a quien no desea ser salvado. El mundo es muy grande y yo ni siquiera soy un héroe". Pág. 177.



Y es que TODOS tienen algo que esconder en esta historia. En mayor o menor medida (por acción o por omisión), maldad, venganza y crimen van jalonando la trama, culminando en algunas escenas memorables, auténticamente terroríficas y tremendamente visuales que por si solas ya justificarían la lectura del libro. 

No desvelaré nada más de la trama. Tan solo unas palabras a modo de resumen y que darán pistas a sus futuros lectores. Atentos a ciertos "aspersores", al uso de algunas "herramientas" o a determinado "montón de estiércol". Tres imágenes, entre otras tantas, que permanecen en la memoria tiempo después de haberlas leído.




Podríamos hablar ahora del tono del libro; de la permanente atmósfera opresiva; de los dos narradores en primera persona que van alternándose; de un personaje ausente que está más presente que muchos otros; de la tacañería de las élites económicas; de la excesiva amabilidad que provoca grima en quien la presencia; de la verosimilitud de la historia, más que lograda en esta historia... Podríamos pero no lo haremos. Descubridlo por vosotros mismos.


Leed Cuervo Negro. Merece mucho la pena. 
Un libro duro, como nos gustan. Y negro, como ya se adelanta en el propio título. ¡Enhorabuena, Anabel!