martes, 21 de marzo de 2023

Los cuerpos extraños

Lorenzo Silva

Editorial Destino

Año de publicación: 2014

352 páginas



Cuando alguien te regala un libro te lo tienes que leer, independientemente de que el género, el estilo, la temática o el autor sean más o menos de tu gusto.

Y eso es lo que hice con la séptima entrega de la serie protagonizada por la más famosa pareja de la Guardia Civil, el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro.


En esta ocasión, otra más, Vila y su equipo se encargarán de la investigación de un asesinato violento. La víctima es la alcaldesa de una localidad de la costa mediterránea, y desde muy pronto queda claro que la venganza, el dinero y la corrupción política están detrás del crimen.



La historia está narrada en primera persona por el propio Vila. En ella abundan los diálogos, lo que (afortunadamente) ayuda a hacer algo más entretenida la historia. Porque la trama por si sola no avanza ni para atrás.



En ocasiones las abundantes digresiones del brigada Vila (supuestamente “chispeantes” en alguna sinopsis) a mi me han resultado excesivamente largas y fuera de lugar. Salpimentadas con referencias a Spinoza y Jung entre otros, eso sí. Muy culto todo.

Además en ellas se utiliza un lenguaje muy poco natural y bastante sobrecargado (por no decir cercano a la pedantería). Entre sentar cátedra y repartir moralejas sociales. Filosofía de chusquero leído.


Mi leal escudero, reminiscencia de mi juventud ya ida y báculo de mi madurez…” Vila, página 63.


Las guardias, de barbilla para abajo, no existen”. Vila, página 251.



Los personajes me han parecido bastante planos. Tal vez el hecho de que el libro forme parte de una (interminable) saga hace innecesaria aquí su excesiva caracterización, pero leído como libro independiente quedan bastante huecos, y es el lector quien ha de intuir o suponer más cosas de las que quizá debería.



Ya me pasó algo parecido hace un tiempo, cuando El lejano país de los estanques me pareció un libro entretenido sin más, que se lee con facilidad, con una trama simple y demasiado sencilla en la que predominan las casualidades y con una resolución repentina y algo precipitada.



Pues ahora me ha pasado más de lo mismo. 

Por una casualidad (y a la vez, de la forma más simple posible) se consigue dar con la resolución del caso. Eso sí, tras enredar innecesariamente la historia con personajes y subtramas que nada aportan. Además de añadir un buen número de páginas al libro, eso sí.



En aquella ocasión decía que no me había disgustado del todo, y que le daría una segunda oportunidad al autor y a sus personajes. Ahora puedo afirmar que, con lo mucho y bueno que hay por ahí para leer, me parece que no volveré a caer en otra historia de estos picoletos.



Pero claro, esto no deja de ser más que una opinión (y de alguien sin excesivo criterio, además), pero me reafirmo en que para mi Lorenzo Silva es uno de los autores más sobrevalorados de la literatura actual.

O que no está hecha la miel para la boca del asno, que también podría ser.


Mi ascenso (…) se debía a la antigüedad, que permite que incluso los individuos más negligentes y menos aventajados acabemos labrándonos una posición en la vida”. Vila, página 334.

Pues eso.