martes, 29 de septiembre de 2015

"El rumor del oleaje"



Autor: Yukio Mishima


Título original: Shiosai
Traducción: Keiko Takahashi y Jordi Fibla

Narrativa.   
Alianza Editorial, 2008
196 páginas.








BIOGRAFÍA

Hiraoka Kimitake, nombre real de Yukio Mishima, nació el 14 de enero de 1925 en Tokio (Japón). Tras cursar estudios de Derecho trabajó como funcionario en el Ministerio de Finanzas, puesto que abandonó para dedicarse a la literatura.

Era un gran amante de las costumbres de su país y practicante de artes marciales, hasta el punto que en 1968, decepcionado por el enfoque sociocultural y moral de sus compatriotas, formó una milicia llamanda Tate No Kai ("Sociedad del Escudo"), comunidad con estructura al estilo de los samurais con la que intentaba devolver a Japón a sus raíces más tradicionales.

Decepcionado por la actitud pasiva de otros intelectuales ante la pérdida de los valores y señas de identidad de su país, se enfrentó a ellos tildándolos de cobardes, desarraigados, deshonestos y presuntuosos.

No pudo conseguir sus propósitos y terminó por suicidarse (mediante el ritual de los samurais) el 25 de noviembre de 1970. Tenía tan solo 45 años.






De entre sus obras cabe destacar "Confesiones de una máscara" (1949), "El templo del pabellón de oro" (1956) y la tetralogía “El mar de la fertilidad” (1965-1970), obra clave del autor compuesta por “Nieve de primavera”, “Caballos desbocados”, “El templo del alba” y “La corrupción de un ángel”. Entre sus obras teatrales sobresalen “Rokumeikan” (1956) o “Madame de Sade” (1965). 




SINOPSIS

Considerada una de las más bellas historias de amor de la literatura, "El rumor del oleaje" narra el nacimiento y consumación del idilio entre dos adolescentes situados en un mundo arcádico, primitivo y elemental: una minúscula isla japonesa en la que sobrevive una comunidad de pescadores apartada de la civilización y donde se percibe por doquier el olor salobre del mar, la fragancia de las cuerdas de cáñamo, el humo invisible de las hogueras y el rumor de un oleaje azul intenso que todo lo circunda.

Guiado por su admiración hacia el modelo humano y la tradición bucólica de la Grecia clásica, capaz de establecer una perfecta coincidencia entre al vida humana y la misteriosa belleza de la naturaleza, Yukio Mishima construye una novela inolvidable acerca de uno de los temas perennes de la literatura.




COMENTARIO

Este es el primer libro que leo de Yukio Mishima -tengo que reconocer que hasta hace apenas unos días no lo conocía de nada- y la experiencia ha resultado estupenda. Llegué a él por el comentario de uno de los habituales de este blog (muchas gracias por tu recomendación, ARAMACA) y creo que no será el último libro que lea de este autor.

Se trata de una historia romántica, de un amor juvenil entre dos adolescentes en un remoto pueblecito de pescadores en el Japón de después de la guerra. Como argumento no es que sea demasiado original: un amor imposible por culpa de unos rumores basados en mentiras que hacen imposible la relación. Y lo es porque los personajes viven en una sociedad anclada en el pasado, en un lugar en el que las tradiciones continúan intactas desde muchos siglos atrás.

Novela en la que abundan las bellas descripciones de los idílicos paisajes de la zona, de las playas, de las montañas, el viejo faro con sus curiosos moradores, los habitantes de aquella pequeña sociedad en la que se reproducen un buen número de arquetipos sociales... Y el mar. Siempre presente en la vida del pueblo y de sus gentes. El mar del que viven y que es a la vez el causante de su aislamiento y el camino para relacionarse con el resto del mundo.

Personajes sencillos y en ocasiones bastante estereotipados, muchas descripciones de ambientes, trabajos y sentimientos, escasos diálogos, muy poca acción y la naturaleza siempre presente. Todo ello escrito con un lenguaje bellísimo, en ocasiones podría decirse que poético, que nos transporta a las lejanas costas del Japón de mediados del siglo pasado.





viernes, 18 de septiembre de 2015

"Mr. Mercedes"



Autor: Stephen King


Traducción de Carlos Milla Soler

Novela negra.   
Plaza & Janés.
1ª edición, noviembre de 2014
492 páginas.





BIOGRAFÍA

Stephen King (Portland, 1947) es el maestro indiscutible de la narrativa de terror contemporánea, con más de cincuenta libros publicados.

Cuando era niño, el pequeño Stephen presenció un espantoso accidente: uno de sus amigos quedó atrapado entre los raíles de una vía férrea y fue arrollado por un tren. Aunque este hecho podría haber inspirado las oscuras creaciones de King, el mismo escritor desecha la idea.


A lo largo de su carrera ha sido galardonado con multitud de premios, entre los que destacan la Medalla de la National Book Foundation en 2003 y el Grand Master Award en 2007.





De entre su amplísima trayectoria literaria cabría destacar Carrie (1974), El resplandor (1977), It (1986), Misery (1987), La milla verde, Un saco de huesos (1998), Colorado Kid (2005), La cúpula (2009), 22/11/63 (2011), Joyland (2013) y Doctor sueño (2013), así como los ocho volúmenes de La Torre Oscura (publicados desde 1982 hasta 2012). Muchas de sus obras han sido adaptadas al cine, y otras se han convertido en exitosas series de televisión.





SINOPSIS

Justo antes del amanecer, en una decadente ciudad americana, cientos de parados esperan la apertura de la oficina de empleo para reclamar uno de los mil puestos de trabajo que se han anunciado para ese día. Han hecho cola durante toda la noche.

De pronto, invisible hasta que lo tienen prácticamente encima, un inmenso Mercedes negro surge de la fría niebla de la madrugada. Su conductor atropella y aplasta a todos los que se encuentran a su alcance. Acto seguido, el coche da marcha atrás y vuelve a arremeter contra ellos. El asesino huye dejando tras de si ocho muertos y quince heridos.



Meses después, Bill Hodges, un inspector de policía jubilado que sigue obsesionado con este caso que continúa sin resolver, recibe una carta anónima de alguien que se declara culpable de la masacre.

Brady Hartsfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació. Disfrutó tanto de aquella sensación de muerte debajo de los neumáticos del Mercedes que conducía que ahora quiere recuperarla.

Ambos vuelven a encontrarse y cientos de vidas están en juego. 



COMENTARIO

Ante un libro de Stephen King lo inmediato es pensar que nos encontraremos una historia de misterio y terror, pero este no es el caso. Mr. Mercedes es un thriller en estado puro. Novela negra con todos sus elementos necesarios e imprescindibles.

Quizá lo más destacable en esta historia sean los propios personajes: dos protagonistas fundamentales rodeados cada uno de ellos por unos cuantos secundarios imprescindibles. En un caso para conocer su historia y el por qué de sus acciones, y en el otro colaboradores necesarios en la lucha contra reloj por atrapar al "mareante". (No es un error ortográfico: quien lea el libro sabrá a qué me refiero).


Por un lado Brady Hartsfiel, un psicópata despiadado que pretende continuar matando. Un enfermo mental con grandes conocimientos informáticos de los cuales se vale para provocar más muertes y más dolor.

"A la mayoría de las personas les ponen unas Botas de Plomo en la niñez y tienen que llevarlas ya siempre. Esas Botas de Plomo se llaman CONCIENCIA. Yo no tengo, y por eso puedo elevarme muy por encima de las cabezas de la Gente Normal". Pág. 35.


Y por otro un inspector de policía retirado, William Gustavo Hodges, que se ve envuelto en una investigación que no pudo resolver cuando estaba en activo. Con su perspicacia, una voluntad inquebrantable y la ayuda de dos personajes tan distintos pero a la vez tan parecidos (Jerome y Holly) consigue ir avanzando en la investigación y, tal vez, aproximarse a su propio destino.

 "...la culpabilidad no es la única razón por la que la gente se suicida. A veces uno sencillamente se aburre de la televisión vespertina". Pág. 74.



Todos ellos, principales y secundarios, envueltos en una atmósfera asfixiante, en la que abundan las escenas nocturnas y los ambientes lúgubres y claustrofóbicos, y en la que la acción va de trepidante a extenuante, sin apenas darnos un respiro a lo largo de toda la historia. 



Historia a su vez repleta de pequeños detalles, cuestiones aparentemente sin demasiada importancia que van apareciendo a lo largo del relato y que posteriormente se revelan como determinantes en el desarrollo de la acción. Atentos a determinadas palabras aparentemente mal escritas en la carta del asesino, a un paraguas "diferente" que aparece incluso en la portada del libro, a un sombrero que no protegerá a su portador...


El maestro del suspense nos deleita aquí con una nueva batalla de la guerra entre el Bien y el Mal, demostrándonos claramente que domina (también) el género policíaco.

 
Por último, una recomendación del propio autor para todos aquellos que pretendan dedicarse al noble oficio de la escritura, extraída de su libro Mientras escribo (año 2000). "Lee y escribe entre cuatro y seis horas al día; si no encuentras el tiempo para hacerlo no podrás convertirte en un buen escritor". Palabras de Stephen King.




lunes, 14 de septiembre de 2015

Patata


Siempre me ha llamado la atención que se utilice la palabra "patata" para referirse al corazón.

No es que sea demasiado habitual, pero si es cierto que en determinados ambientes coloquiales se utiliza con alguna asiduidad.

Desconozco el origen de esta costumbre, de designar a tan importante víscera con el nombre de ese distinguido tubérculo.

En esto, como en todo, hay opiniones para todos los gustos y de todos los colores: quienes dicen que se debe a que a ambos hay que regarlos para que crezcan; a que el corazón al latir hace algo parecido a "pá, tatá; pa, tatá...", a que los dos son más duros y resistentes de lo que parecen, o tal vez simplemente por la similitud de sus formas.


Desafortunado intento de corazón-patata



En cuanto a esto último, la verdad, yo no lo veo.
O mejor sería decir que no lo veía, porque fijaos lo que ocurre con la siguiente imagen al inclinar levemente la cabeza hacia el lado derecho.





Curioso, ¿verdad? Ciertamente el parecido existe. Aunque cambiando el ángulo de la fotografía y volviendo a ladear la cabeza como antes hicimos pero en la dirección opuesta, más bien lo que vemos ahora parece "otra" parte del cuerpo humano. Ya sabeis: donde la espalda pierde su casto nombre.





En cualquiera de los casos he de reconocer que ni su simpático aspecto ni sus formas caprichosas le sirvieron de mucho, ni fueron motivo suficiente para condecerle el indulto. En esto se convirtió, minutos después, nuestra admirada patata. (No, aquí no hace falta movimiento alguno para verlo).




 Y un rato después, la cena estaba preparada. La humilde patata convertida en uno de los grandes hitos de la gastronomía patria. ¿Ustedes gustan?




Ya lo decía La Trinca, en aquella gamberra canción de hace tantos, tantos años:
"Qué pasa con el Darwin, tanto dar la lata,
si el hombre viene de la patata".





viernes, 11 de septiembre de 2015

"La verdad os hará libres"

Autor: Blas Ruíz Grau



Ficción histórica.   
Autoeditado.
1ª edición, julio de 2012
318 páginas.





BIOGRAFÍA


Blas Ruíz Grau  nació en Rafal (Alicante) en 1984. Este polifacético autor compagina su trabajo en el mundo de la informática con su cada vez más intensa labor literaria, mientras continúa con sus estudios de Geografía e Historia.

Debutó en el mundo literario en 2012 con la publicación de La verdad os hará libres, a la que seguiría La profecía de los pecadores un año después. Con ambas consiguió auparse a los primeros puestos de ventas en Amazon, tanto en España como en una decena de países. Kryptos fue su tercer libro publicado.



Fotografía y datos biográficos extraídos de la propia web del autor: www.blasruizgrau.es 



En la actualidad está trabajando en la finalización de su quinta novela, mientras todavía tiene pendiente de publicar la cuarta.




SINOPSIS

La extraña y brutal muerte del padre de Carolina la llevará, junto al inspector jefe de la policía nacional Nicolás Valdés, a una trepidante investigación, en la cual se toparán de cara en medio de una guerra abierta desde hace siglos entre la orden de los caballeros templarios y la iglesia.

Misterio, traición, enigmas y lugares increíbles forman parte del conjunto de esta novela.



COMENTARIO

Esta es la primera novela que se publicó de este autor, allá por 2012. Debutó con una historia que nos puede resultar bastante familiar y de las que tan de moda están en los últimos tiempos. 

Comienza con un misterioso y brutal asesinato y el inicio de la consiguiente investigación policial, en la que se unirán un inspector de policía y la propia hija del difunto (algo que en principio puede reaultar bastante chocante, aunque no sea inusual en este tipo de historias).

La pareja (porque, desde el primer momento parece evidente que su relación si irá haciendo cada vez más estrecha) irá descubriendo una serie de pistas, que a su vez les llevarán a otras, viajando a diferentes lugares en los que superarán las pruebas más inverosímiles y resolverán una serie de crípticos acertijos que les ayudarán a esclarecer la verdad.

Santa María de Eunate (Navarra)


La verdad de la que habla el título. Una verdad tan peligrosa que lleva oculta muchísimos años a los ojos de la humanidad, pero entorno a la que se desarrolla una lucha fratricida entre la supuestamente desaparecida Orden del Temple y el establishment de la iglesia católica de Roma. Del resultado de esa despiadada batalla dependerá la libertad de muchas personas.


Es una primera novela, con sus pros y sus contras. El inicio del camino literario que llevó al autor a escribir la fenomenal Kryptos (ver reseña) Y eso se nota también en cuanto al estilo. Está dividida en muchos capítulos (43) y tanto el ritmo narrativo como las descripciones de lugares y personajes resultan bastante acertadas, pero el libro está plagado de faltas de ortografía y de errores gramaticales que desmerecen bastante el resultado final. Por momentos da la sensación de estar leyendo un borrador más que un libro ya publicado. Sin duda merecería una revisión en profundidad.

"... un lujoso apartamento de proporciones dantescas". Capítulo 2.
"...hay más vida allá de la comisaría". Capítulo 6.
"...por lo tanto no sabía muy cómo actuar en esos momentos". Capítulo 7.
"..sin hacer falta de que se lo dijese". Capítulo 7.
"Anotado con un boli en un folio anteriormente en blanco..." Capítulo 39.
"Miró directamente a los ojos a Carolina y le hizo una señal agitando los dientes". Capítulo 40
"cuando me logré despertarme..." Capítulo 40
(...)


En definitiva, nos encontramos ante una novela repleta de "lugares comunes" que concluye de manera destacable. Cuando finalmente se han conseguido atar todos los cabos y dar por felizmente concluida la investigación, el autor nos sorprende con un epílogo que deja abierta la historia para posteriores aventuras de nuestros protagonistas. Continuación que tendrá lugar en La profecía de los pecadores, segunda novela del autor de la que hablaré próximamente.






lunes, 7 de septiembre de 2015

"Baila, baila, baila"



Autor: Haruki Murakami

Título original: Dansu, dansu, dansu
Traducción del japonés de Gabriel Álvarez Martínez

Novela.   
Editorial Tusquets. Colección Andanzas
1ª edición, septiembre de 2012
453 páginas.





BIOGRAFÍA

Haruki Murakami (Kioto, 1949) estudió literatura en la Universidad de Waseda y regentó durante varios años un club de jazz. 

Es, en la actualidad, el autor japonés más prestigioso y reconocido en todo el mundo, merecedor de premios como en Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka o el Jerusalem Prize. En España ha recibido el Premio Arcebispo Juan de San Clemente (concedido por estudiantes gallegos), así como la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno español, y el Premi Internacional Catalunya 2011.





La ficción a menudo surrealista de Murakami se enfoca en conceptos como la alienación y la soledad. Es considerado una figura importante en la literatura posmoderna y está considerado como uno de los mayores novelistas de la actualidad.

En varias ocasiones ha aparecido como favorito al Premio Nobel de Literatura (sobre todo en 2013), pero, por el momento, es este uno de los pocos galardones que se le resisten.

Su primera obra publicada fue Oye cantar al viento (1979), pero su primer gran éxito vino de la mano de Tokio blues (1987). Posteriormente aparecieron Baila, baila, baila (1988), Al sur de la frontera, al oeste del sol (1992), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1995), Sputnik, mi amor (1999), Kafka en la orilla (2002), After Dark (2004), 1Q84 (2009) y Los años de peregrinación del chico sin color (2013).

También ha publicado ensayos, entre los que cabe destacar De qué hablo cuando hablo de correr (2007) y La biblioteca secreta (1990), su única incursión, hasta el momento, en la literatura juvenil.





SINOPSIS

En marzo de 1993, el joven protagonista de esta novela, redactor freelance todoterreno, después de pasar días sombríos, siente la necesidad de volver a ciertos escenarios de su vida para ajustar cuentas con el pasado. Viaja a Sapporo con la intención de alojarse en el Hotel Delfín, donde años atrás pasó una semana con una misteriosa mujer que, de manera inesperada, desapareció de su lado.

A su llegada descubre que han derribado el hotel y que en su lugar se alza otro, moderno y lujoso. Pero su estancia allí propicia la aparición de personajes envueltos en un aura de irrealidad: una guapa recepcionista que ha vivido experiencias inverosímiles, una adolescente dotada de una aguda sensibilidad, o un antiguo compañero de colegio, ahora actor de éxito, que lo meterá en graves aprietos.

Asesinatos, viajes a Hawai, pasajes a otros mundos y fiestas se suceden al ritmo de la música que suena en la radio de su destartalado Subaru. Lo cierto es que, como afirma un enigmático personaje, todo está conectado. Porque solo se regresa al Hotel Delfín para poder empezar de nuevo.





COMENTARIO

Lo reconozco: me gusta Murakami. Lo descubrí hace apenas unos años, pero desde ese momento se convirtió en uno de mis escritores favoritos. He leído casi todos sus libros (al menos los que han sido traducidos al castellano) excepto, curiosamente, el primero y el último, y ninguno de ellos me ha defraudado.

Pese a tratarse de una de sus primeras obras podemos encontrar en Baila, baila, baila algunas de las características esenciales que aparecen en todos sus libros, y que los hacen reconocibles apenas comenzada la lectura.

En primer lugar tenemos al protagonista de la historia, de quien no sabemos su nombre. Un periodista freelance que se define a si mismo como un quitanieves cultural ("en lugares como Japon, quitar la nieve, en invierno, es un oficio que alguien tiene que hacer. Un quitanieves cultural es ese alguien que escribe lo que la gente quiere leer"), que decide dar un giro a su monótoma existencia y mirar atrás, regresar a una etapa de su pasado que nunca quedó resuelta e intentar reencontrase a sí mismo y a la persona con quien fue tan feliz durante unos pocos días.

A su alrededor orbita un puñado de personajes nada convencionales, que van desde lo peculiar a lo extravagante, bastante alejados todos ellos de lo que generalmente definiriamos como habitual: una recepcionista misteriosa; un antiguo compañero de colegio convertido en actor de éxito; una adolescente olvidada por su irresponsable madre en un hotel; un misterioso personaje, el hombre-carnero, guardian del pasado y colaborador en el futuro. Todos ellos tan fascinantes como contradictorios, en los que prima la soledad y el sentimiento de vacío y que se ven obligados a emprender un viaje interior que no se sabe cómo terminará. A bailar hacia donde los pies les lleven.

"Era un hotel triste. Triste como un perro negro de tres patas empapado por la lluvia de diciembre". Pág. 11


Una vez más en Murakami aparece lo onírico mezclado con la realidad. La vida de los personajes de carne y hueso entremezclada con los fantasmas que llevan dentro.

"El silencio acabada absorbiendo todos los ruidos. Era como si miles de invisibles hombres-silencio rodearan la casa y, con sus aspiradoras invisibles e insonoras, absorbieran todos los sonidos y en cuanto se oía el menor ruidito, todos se lanzaban a por él". Pág. 278-279.


Tampoco puede faltar en las novelas de Murakami algún personaje animal. En este caso se trata del gato "Sardina", quien también abandona a su dueño -aunque de manera totalmente involuntaria-.

 "Una vez muerto ya no iba a perder nada más. Tal vez eso sea lo bueno de morirse". Pag. 26.


Ni las contínuas referencias musicales y gastronómicas. El autor nos deja meridianamente claras cuales son sus preferencias en cuanto a música se refiere, a la vez que critica sin piedad a otros (grupos y cantantes de éxito) que no son de su agrado, y demuestra su gusto por la gastronomía espolvoreando la obra con algunas recetas típicamente orientales.

Tampoco falta la crítica de algunos aspectos de la sociedad actual, del lujo absurdo y el derroche de quienes todo lo obtienen sin el más mínimo esfuerzo, y de la corrupción que campa a sus anchas por las altas (y bajas) esferas.

"Vivimos en una sociedad altamente capitalista donde el derroche es la mayor de las virtudes. Los políticos lo llaman "refinamiento de la demanda doméstica". Yo lo llamo derroche absurdo. Son diferentes modos de verlo. Sea como sea, así es la sociedad en la que vivimos. Si no nos gusta, no queda otro remedio que irnos a Bangladesh o Sudán". Pág. 30.


Personajes, sentimientos, emociones. Un universo muy particular, y un lenguaje que por momentos resulta sumamente poético. Así es la literatura de Murakami. 

"El sol quemaba la arena sin piedad. La brisa marina, cargada de una suave humedad, mecía, cuando se acordaba, las hojas de las palmeras. Yo, amodorrado, me adormecía..." Pág. 271.


Tal vez Baila, baila, baila no sea la mejor novela de este extraordinario autor japonés, pero sin duda se encuentra entre las mejores. Y eso tratándose de Murakami es mucho decir. Bailad hacia donde os lleven los pies. Y disfrutadlo. 



viernes, 4 de septiembre de 2015

Siria

Continúa el éxodo sirio.
Cientos, miles (¿millones?) de personas huyendo de su tierra. Atravesando horribles alambradas; caminando distancias interminables; surcando el mar en lanchas de juguete; amontonándose en estaciones de las que nunca sale ningún tren. 

Sin nada que echarse a la boca, sin comida, sin agua, con las ropas hechas jirones, convertidas las más de las ocasiones en apenas unos harapos que mal pueden proteger a sus portadores  de los rigores del sol y de la lluvia. Sin apenas pertenencias. Sin nada.

Huyen de la guerra, de la miseria, del hambre. Tan solo buscan un futuro, un lugar donde poder vivir. Nada más, y nada menos. Y como suele suceder en muchos casos, encuentran en el camino aquello de lo que iban huyendo. La muerte en una cuneta; en una camión abarrotado con otros seres humanos como ellos; en una solitaria playa de la que ya desaparecieron los turistas estivales, convertida ahora para su desgracia y nuestra verguenza en fin de trayecto, en el macabro escenario donde se escenifica la tragedia.



 
Y todo ello retransmitido a tiempo real, como tantas y tantas cosas en estos tiempos de (supuesto) avance y desarrollo. Los medios de comunicación siempre tienen en la desgracia un filón del que extraer horas y horas de televisión, páginas y páginas de periódicos, cientos y cientos de imágenes, para así conseguir mayores audiencias, multiplicar sus ingresos y llenar todavía más los repletos bolsillos de sus socios y accionistas. Y en ocasiones -espero y deseo que esta sea una de ellas- sirven también para agitar conciencias adormecidas.

Mientras todo esto ocurre los políticos europeos, una vez más, a lo suyo. Como siempre, mirando para otro lado. Muchas buenas palabras y pocas buenas acciones. Hablando de cupos y de porcentajes, pero nunca, nunca, de las personas. "Que si tu te quedas 1000 yo no puedo con más de 500". "Que si el problema es del sur y yo soy un rubio nórdico que no sé de qué me estáis hablando". "Pues yo cierro las fronteras, que ya tengo bastante con lo mio". "Y yo pongo unos miles de euros, para hacer como que ayudo, pero quedaros vosotros con la gente".

¿Es esto lo único que somos capaces de hacer?


Muchos ayuntamientos (cada día más y más) y algunas comunidades autónomas se están ofreciendo para acoger a estas personas. Hay que tener en cuenta que no se tratará de una situación pasajera (hablamos de estancias cuanto menos de meses, incluso de varios años) por lo que no hablamos de cuatro tiendas de campaña en cualquier solar abandonado. Habrá que proveerlos de estancias mínimamente dignas y eso no se improvisa. Casas vacías (de particulares o de bancos), recintos públicos en desuso (fenomenal la idea de utilizar para tal fin el antiguo hospital la Fe en Valencia, sustituido por otro nuevo y para el que no se ha encontrado todavía uso alguno) o alguna de esas obras faraónicas que se construyeron (o que están por concluir) por todo el país en tiempos de bonanza económica y de burbuja ya explotada, podrían tener ahora una utilidad humanitaria.


Tiempo habrá para analizar las causas de este drama en origen, de parar la hemorragia provocada por una guerra absurda (¿acaso alguna no lo es?) que tenemos apenas ahí al lado, a la vuelta de la esquina. Pero lo urgente ahora, lo prioritario, son las personas. Como siempre debería ser.

Señores políticos: por una vez y sin que sirva de precedente pónganse manos a la obra. Que lo primero es lo primero.