Pasados ya diez días de las elecciones municipales y autonómicas del día 24 y a la luz de sus resultados, son incontables los análisis que se han realizado hasta el momento: desde los propios partidos comparecientes, felicitándose en unos casos, lamiéndose las heridas en otros o simplemente mirando para otro lado, enrocándose en su actitud de querer negar la realidad; desde los medios de comunicación, jugando desde un primer momento a intentar completar el puzzle, dando con la fórmula mágica que permita constituir (todos y cada uno de los) gobiernos. Y a nivel individual, como inevitable eje de conversaciones en el entorno familiar, laboral, en los grupos de amigos y en cualquier otro ámbito y lugar.
Es lógico que así ocurra y esta no ha sido la excepción.
Una vez más, si bien es cierto que en menor medida que en otras ocasiones, la inmensa mayoría de las formaciones políticas se vanaglorian de los resultados obtenidos, aunque cabe señalar que esta vez no se ha dado el caso típico en el que celebradas las elecciones TODOS dicen estar contentos y haber ganado.
Unos porque al ser los más votados consideran que deberían, automáticamente, pasar a gobernar ( * Ver nota al final del párrafo); otros porque pese a la pérdida de votos con respecto a citas anteriores, bajan menos de lo esperado y se mantienen en la parte alta de la clasificación; luego están los que contra todo pronóstico consiguen resultados históricos que nadie parecía esperar; y los que pese a las enormes espectativas generadas consiguen muy buenos resultados, aunque lejos de conseguir el tan ansiado giro radical. (Uy, he escrito "radical". Pido disculpas. Copernicano. Dejemoslo en giro copernicano).
*Ejemplo: Imaginemos un grupo de amigos decidiendo el destino
de sus próximas vacaciones. 4 de ellos quieren ir, una vez más, a Londres, como en los últimos años; 3 prefieren París, viajando en avión; otros 3 también quieren ir a París, pero prefieren el tren; y al último de ellos le da
igual donde ir con tal de salir de casa. ¿Alguien piensa que viajarán finalmente a Londres, que es la opción más votada? ¿No creeis más bien que su destino será París, aunque tengan que decidir cómo hacer el viaje?
Pues eso, señores del PP. A ver si así lo entienden. Por mucho que se empeñen en decirlo, ustedes ¡no han ganado las elecciones!
Pues eso, señores del PP. A ver si así lo entienden. Por mucho que se empeñen en decirlo, ustedes ¡no han ganado las elecciones!
Tras todos estos análisis -y dado que parecen superados los tiempos de mayorías absolutas- llega el momento de la verdad, en el que unos y otros se tienen que arremangar, ponerse el traje de faena y pasar de lo etéreo a lo concreto. Sentarse alrededor de una mesa y ponerse a hablar. Proponer, escuchar, dialogar. Pactar si se puede, o ejercer de oposición si se debe. Hacer política en definitiva.
Entre propuestas más o menos sensatas, globos sonda "a ver qué pasa" y barbaridades de todo tipo van cayendo las hojas del calendario. Y así continuará una semana más hasta el día 11 -fecha en que se constituirán las cámaras autonómicas-, o el 13 en que lo harán los ayuntamientos. Incluso en algunos casos, que esperemos por el bien de todos no sean demasiados, todavía se prolongará por unos días o semanas más. Sería deseable que en ningún caso se volviera a repetir la situación de Andalucía donde pasados casi 3 meses de sus elecciones todavía andan echándose los tratos a la cabeza unos a otros y sin que se vislumbre ninguna solución posible en el horizonte.
Pero hay algo que he echado en falta en esta ocasión. Tal vez me ha quedado oculto bajo montañas de declaraciones de intenciones, o es que yo no he sido capaz de distinguirlo entre tanto sudoku político, pero no he visto casi ningún comentario a cerca de las encuestas electorales y hasta qué punto habían o no atinado en sus previsiones. Si han resultado ser un reflejo real de la situación o más bien un ejercicio de prestidigitación similar a la lectura de los posos del café.
Llegados a este punto mejor cambio el nombre a la entrada. En realidad yo quería hablar de las encuentas y comentar si habían acertado o no en sus predicciones. Lo dejaremos para otra ocasión.
Llegados a este punto mejor cambio el nombre a la entrada. En realidad yo quería hablar de las encuentas y comentar si habían acertado o no en sus predicciones. Lo dejaremos para otra ocasión.
Yo de verdad me quedo con el "qué hostia, qué hostia", de Rita Barberá. Una forma llana y simple de resumir el hostión del PP. Ahora, a esperar y a ver qué pasa.
ResponderEliminarY además se lo decía a Serafín quien, unos días después, resultó ser "el cazador cazado". ¡Menuda parejita!
EliminarComo siempre muy buen articulo. Habria que hacerselo llegar al "preshidente" a ver si lo entiende de una vez.
ResponderEliminarjajajaja
EliminarBuena idea. Lo malo es que no se su mail para mandárselo.
Tranquilitat companys. Molt prompte hi haurà notícies, i seran molt bones per a tots.
ResponderEliminarAixó espere, amic. Però acó està fent-se masa llarc.
EliminarEnhorabuena Paco. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEsperaré el artículo sobre las encuestas. Conociendote seguro que valdrá la pena.
Gracias Pedrito. A ver si muy pronto está preparada.
EliminarMuy bien. Me ha gustado la explicación de las mayorías.
ResponderEliminarY el toque de humor con lo del giro radical.
Gracias Ana.
EliminarCreo que siempre conviene dar un toque de humor a las cosas para descargarlas de trascendencia.