Novela policíaca.
Ediciones Destino, S.A. (1998)
1ª edición libro electrónico: febrero 2011
286 páginas (aprox).
BIOGRAFÍA
Nacido en Madrid en 1966, Lorenzo Silva es un escritor español conocido especialmente por sus novelas policíacas protagonizadas por la pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro.
Estudió Derecho y ejerció como abogado de empresa de 1992 a 2002.
Es autor de numerosos relatos, artículos y ensayos literarios, además de un buen número de novelas que le han valido el reconocimiento internacional. Entre ellas destacan La flaqueza del bolchevique (1997) con la que fue finalista del Premio Nadal, El lejano país de los estanques (1998), El alquimista impaciente (2000) con la que conquistó el Premio Nadal, La marca del meridiano (2012) Premio Planeta, Los cuerpos extraños (2014) y Música para feos (2015).
Como dato curioso cabe destacar que en el año 2010 fue distinguido con el nombramiento de Guardia Civil Honorario por su contribución a la imagen de dicho cuerpo.
Estudió Derecho y ejerció como abogado de empresa de 1992 a 2002.
Es autor de numerosos relatos, artículos y ensayos literarios, además de un buen número de novelas que le han valido el reconocimiento internacional. Entre ellas destacan La flaqueza del bolchevique (1997) con la que fue finalista del Premio Nadal, El lejano país de los estanques (1998), El alquimista impaciente (2000) con la que conquistó el Premio Nadal, La marca del meridiano (2012) Premio Planeta, Los cuerpos extraños (2014) y Música para feos (2015).
Como dato curioso cabe destacar que en el año 2010 fue distinguido con el nombramiento de Guardia Civil Honorario por su contribución a la imagen de dicho cuerpo.
SINOPSIS
El cuerpo desnudo de una joven austriaca pende atado de las manos en un chalet mallorquín. Ni los signos de violencia, ni la pestilencia de una muerte estival ocultan su inquietante belleza. En el revólver hallado en la basura abundan las huellas de una sesentona suiza de fama libertina, pero la vida turbia de la joven, Eva Heydrich -un ser irresistible consagrado tanto al placer como a la destrucción-, sugiere que la sencillez del crimen es tan solo la punta de un iceberg.
En Madrid, la Guardia Civil confía el caso al experimentado sargento Rubén Bevilacqua (o "Vila" para sus compañeros), ex-psicólogo desempleado para quien Jung era solo un aficionado y a la inexperta agente Virginia Chamorro, cuya eficacia policíaca será puesta a prueba por primera vez.
De incógnito entre nudistas teutones, turistas desenfrenados y mafiosos locales, Bevilacqua y Chamorro se adentrarán en el reverso oscuro de una apacible urbanización mallorquina tratando de desentrañar los últimos días de la joven asesinada.
Con esta novela Lorenzo Silva da inicio a las andanzas policiales de una atípica pareja de guardias de la Benemérita.
COMENTARIO
Primera novela de la serie protagonizada por esta pareja de guardia civiles formada por Bevilacqua y Chamorro, quienes a lo largo de las dos últimas décadas nos han acompañado con asesinatos, investigaciones y vicisitudes varias através de los nueve libros en los que aparecen. Hasta el momento, porque parece que la serie continuará al menos por un tiempo.
Se trata de una novela no demasiado larga, entretenida y que se lee con facilidad. Y en la que se mantiene el interés de la trama hasta el final de la historia. Todo ello contado en primer persona por uno de los personajes principales: el propio sargento Bevilacqua (Vila para los amigos).
En cuanto a la trama de la historia, que se desarrolla en una sola línea temporal, tengo que decir que en ocasiones resulta algo simple y demasiado sencilla. A lo largo de toda la investigación la pareja protagonista se va encontrando con demasiadas facilidades. Y es que (sin desvelar nada de la trama) todo aquel con quien se tropiezan no solo resulta tener información que aportar a cerca de la persona asesinada o de su amiga, sino que no tiene el más mínimo reparo en compartirla con ellos siendo, como son, unos auténticos desconocidos.
Por ejemplo: los guardias van a una discoteca, conocen a unas chicas y estas, a los cinco minutos ya les están contando una bronca que tuvieron allí mismo; en la playa contactan con un grupo de bañistas (nudistas para más señas) quienes tras dos minutos de charla no tienen el más mínimo reparo en contarles la vida y milagros de la pareja en cuestión.
Como decía, todo resulta demasiado "fácil". Y a la vez artificial. Los acontecimientos se van sucediendo, todo se les pone de cara y sin apenas ningún esfuerzo van avazado en la investigación. Sobre todo teniendo en cuenta que los investigadores van de incógnito: fingen ser una pareja de vacaciones en la isla y nadie sabe que son guardias civiles investigando un caso de asesinato.
Otro aspecto importante es la relación que se establece entre los dos protagonistas, tan diferentes el uno de la otra y que, quizás por eso mismo, consiguen llevarse tan bien: el veterano y la novata, el hombre y la mujer, la que respeta las normas y el que sabe que en ocasiones saltarse alguna es el único camino para poder hacer su trabajo. Esa es para mi la clave del libro, ya que los personajes están muy por encima de la historia en la que se encuentran.
"Los dos somos suboficiales, o sea, la columna vertebral del Ejército. ¿Nunca has pensado dónde acaba la columna vertebral? Vila a Chamorro, en el capítulo 4.
El irónico sargento nos regala algunas frases en las que deja patente su sarcasmo y unas buenas dotes de mala leche.
"Cuando un crimen es tan simple, tan espontáneo y tan lógicamente innecesario, todas las técnicas deductivas giran en el vacío. Hace falta un poli con olfato sobrenatural, pero esos están todos muy ocupados rodando telefilmes en New York". Vila, en el capítulo 2.
Aunque también hace algunas reflexiones, digamos más serias, cargadas de rebeldía y de verdad.
"Cuando un hombre tiene que abusar de la mentira para cumplir con su deber puede estar seguro de que anda equivocado de verdad o de deber". Vila, en el capítulo 4.
En definitiva El lejano país de los estanques me ha resultado un libro entretenido, pero del que esperaba mucho más. Tal vez los personajes hayan ido mejorando con el paso del tiempo y los sucesivos casos en los que han aparecido, pero la sensación que me queda del libro es que se trata de una historia bastante simple, en la que predominan las casualidades y que se resuelve de manera repentina y algo precipitada.
De todos modos le daré otra oportunidad al autor.
Se trata de una novela no demasiado larga, entretenida y que se lee con facilidad. Y en la que se mantiene el interés de la trama hasta el final de la historia. Todo ello contado en primer persona por uno de los personajes principales: el propio sargento Bevilacqua (Vila para los amigos).
En cuanto a la trama de la historia, que se desarrolla en una sola línea temporal, tengo que decir que en ocasiones resulta algo simple y demasiado sencilla. A lo largo de toda la investigación la pareja protagonista se va encontrando con demasiadas facilidades. Y es que (sin desvelar nada de la trama) todo aquel con quien se tropiezan no solo resulta tener información que aportar a cerca de la persona asesinada o de su amiga, sino que no tiene el más mínimo reparo en compartirla con ellos siendo, como son, unos auténticos desconocidos.
Por ejemplo: los guardias van a una discoteca, conocen a unas chicas y estas, a los cinco minutos ya les están contando una bronca que tuvieron allí mismo; en la playa contactan con un grupo de bañistas (nudistas para más señas) quienes tras dos minutos de charla no tienen el más mínimo reparo en contarles la vida y milagros de la pareja en cuestión.
Como decía, todo resulta demasiado "fácil". Y a la vez artificial. Los acontecimientos se van sucediendo, todo se les pone de cara y sin apenas ningún esfuerzo van avazado en la investigación. Sobre todo teniendo en cuenta que los investigadores van de incógnito: fingen ser una pareja de vacaciones en la isla y nadie sabe que son guardias civiles investigando un caso de asesinato.
Otro aspecto importante es la relación que se establece entre los dos protagonistas, tan diferentes el uno de la otra y que, quizás por eso mismo, consiguen llevarse tan bien: el veterano y la novata, el hombre y la mujer, la que respeta las normas y el que sabe que en ocasiones saltarse alguna es el único camino para poder hacer su trabajo. Esa es para mi la clave del libro, ya que los personajes están muy por encima de la historia en la que se encuentran.
"Los dos somos suboficiales, o sea, la columna vertebral del Ejército. ¿Nunca has pensado dónde acaba la columna vertebral? Vila a Chamorro, en el capítulo 4.
El irónico sargento nos regala algunas frases en las que deja patente su sarcasmo y unas buenas dotes de mala leche.
"Cuando un crimen es tan simple, tan espontáneo y tan lógicamente innecesario, todas las técnicas deductivas giran en el vacío. Hace falta un poli con olfato sobrenatural, pero esos están todos muy ocupados rodando telefilmes en New York". Vila, en el capítulo 2.
Aunque también hace algunas reflexiones, digamos más serias, cargadas de rebeldía y de verdad.
"Cuando un hombre tiene que abusar de la mentira para cumplir con su deber puede estar seguro de que anda equivocado de verdad o de deber". Vila, en el capítulo 4.
En definitiva El lejano país de los estanques me ha resultado un libro entretenido, pero del que esperaba mucho más. Tal vez los personajes hayan ido mejorando con el paso del tiempo y los sucesivos casos en los que han aparecido, pero la sensación que me queda del libro es que se trata de una historia bastante simple, en la que predominan las casualidades y que se resuelve de manera repentina y algo precipitada.
De todos modos le daré otra oportunidad al autor.
* Reseñas pendientes:
Ofrenda a la tormenta, de Dolores Redondo.
Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexievich.
El balcón en invierno, de Luis Landero.
La tristeza del samurái, de Víctor del Árbol.
La mujer loca, de Juan José Millás.
Ofrenda a la tormenta, de Dolores Redondo.
Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexievich.
El balcón en invierno, de Luis Landero.
La tristeza del samurái, de Víctor del Árbol.
La mujer loca, de Juan José Millás.
No congenié yo con la pareja protagonista, leí un par de la serie y no continué.
ResponderEliminarUn beso
Me parece que yo haré lo mismo. No se si leeré alguno más de estos personajes pero, en todo caso, dejaré pasar bastante tiempo y unos cuantos libros antes de hacerlo.
EliminarOtro para ti, Inés.
Esta vez no coicidimos, amigo.
ResponderEliminarLa de horas que he pasado disfrutando con esa maravillosa pareja. ¡Me encantan Chamorro y Vila!
Me alegro por ti, Ángel, pero en esta ocasión no coincidimos. Otra vez será.
EliminarNo está mal para ser el primero, pero la saga va mejorando libro a libro. Creo que si continuas con ella disfrutarás con las aventuras de la pareja de guardia civiles.
ResponderEliminarEso tambien suele ocurrir, Anafergon. Pero con la cantidad de libros que me apetecen y me llaman la atención creo que por ahora no repetiré.
EliminarGracias por opiniar y un saludo.
Coincido contigo. He leído alguno de la serie (este precisamente no) y no me han parecido tan buenos como para el éxito que tienen. Será que somos de gustos "raritos".
ResponderEliminarUn saludo.
Tiene que haber de todo, Ramón. Además ya sabes que cantidad y calidad son conceptos que no van necesariamente unidos.
EliminarSaludos.
No lo he leído y ya creo que va siendo hora de leer algo de este autor. Además la portada me parece estupenda.
ResponderEliminarPues eso me pasó a mi, que no había leído ninguno de la serie y me decidí a empezar por el primero.
EliminarEn cuanto a lo de la portada tienes toda la razón.
Saludos, Ana.
Estoy con Ana en que la portada mola. Pero la foto del autor...
ResponderEliminarok. A ver si encuentro otra mejor y la cambio.
EliminarEs que estás en todo, Luispe.
A mi tambien me desilusionó. Se puede leer pero creo que hay muchos autores por ahí con bastante menos nombre y con mejores historias.
ResponderEliminarAsí es, Aramaca.
EliminarPero para gustos están los colores. Y hay millones de ellos.