lunes, 2 de septiembre de 2019

Redención



Autor: Fernando Gamboa


SUMA Editorial
Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
1ª edición: junio de 2019
ISBN: 9788491293811

Tapa blanda
93 capítulos. 654 páginas.






EL AUTOR

Fernando Gamboa (Barcelona, 1970) ha dedicado buena parte de su vida adulta a viajar por África, Asia y Latinoamérica, y ha vivido en diversos países llevando a cabo todo tipo de trabajos.

Desde la publicación de su primer libro es uno de los autores de más éxito en las plataformas digitales.

Actualmente se dedica en exclusiva a la escritura, además de viajar por el mundo en busca de nuevas historias y escenarios para sus siguientes libros.





"La última cripta" (2007) fue su primera novela publicada. A ella le siguieron "Guinea" (2008), "Ciudad negra" (2013), "Capitán Riley" (2014), "Tierra de nadie" (2015) y "Tinieblas" (2016). "Redención" (2019) es su último libro.



SINOPSIS

Barcelona, 17 de agosto de 2017; La Rambla es un hervidero de gente. Puestos de flores, helados, murmullos en diferentes idiomas, parejas con niños pequeños. avanzar en esa marabunta humana parece imposible. Sin embargo, una furgoneta blanca irrumpe en el paseo con un único objetivo: matar. Sin piedad. A cuantos más mejor.

A pocos metros de allí, en medio de la confusión, los gritos, el caos, Nuria Badal comprende que podía haber evitado ese atentado y, aún sin ser consciente de ello, toma una decisión que cambiará no solo su vida, sino el futuro de todo un país. Quizá para siempre.




OPINIÓN PERSONAL


Vértigo. Esa es la sensación que me inundó al terminar de leer este libro. Y no solo por el ritmo que el autor sabe imprimir en el incesante carrusel de situaciones que se van desarrollando a lo largo de la trama, que también.

Fernando Gamboa es un experto en esto de contar historias. A estas alturas lo tiene más que demostrado a través de un buen puñado de libros en los que constantemente somete a sus personajes -y a nosotros con ellos- a situaciones que muchas veces desbordan lo imaginable pero que, por muy inverosímiles que nos parezcan, en determinados ámbitos y bajo las adecuadas circunstancias puede que estén teniendo lugar ahora mismo y no demasiado lejos de nuestras cómodas vidas.

En esta ocasión el autor abandona los que suelen ser los escenarios habituales de sus historias, sustituyendo los lugares exóticos y las frondosas selvas que esconden misterios ancestrales  por la tecnología, occidente y el asfalto de la gran ciudad.

¿Literatura de aventuras, de evasión? Así es. Pero a la vez nada más alejado de la realidad.
En "Redención" nos encontramos ante un verdadero thriller de acción. Una historia en la que se desarrolla, aunque de una manera muy peculiar, una complicada investigación policial. Para ello contamos con un personaje central (la cabo de los mossos d'esquadra Nuria Badal) quien con sus escasos y esporádicos (aunque valiosísimos) colaboradores se enfrenta a un caso realmente importante y complejo, que supera con creces cualquier otro de los que ha enfrentado en su vida profesional.

La sucesión de capítulos cortos -brevísimos algunos de ellos- y unos diálogos chispeantes nos hacen volar a través de la historia que se nos está contando. Avanzamos y mientras creemos desenredar unos nudos vemos como se van formando otros cada vez más difíciles de superar, y nos vamos dando cuenta, también como Nuria, de que estamos ante algo más. Ante mucho más.

Porque es este un libro que permite (necesita e incluso creo que pretende) varios niveles de lectura. Se puede leer como una historia policíaca, con el desarrollo de una investigación en la que, como casi siempre, el tiempo es un factor que juega en contra. Pero también se puede leer como un libro de aventuras, pues son muchas y de diversa índole las que tienen que enfrentar los personajes a lo largo de esta función. Incluso se le podría colgar, por motivos más que evidentes, la etiqueta de distopia más o menos cercana en el tiempo. Y ahí es donde el autor definitivamente nos gana como lectores y consigue que un estremecimiento recorra nuestra espalda.

La realidad supera a la ficción y por enrevesado que parezca lo que estamos leyendo no podemos dejar de estremecernos ante lo que (esperemos equivocarnos) se nos viene encima. Y es que... no hay peor ciego que el que no quiere ver.


Una ciudad conocida, Barcelona, en un futuro que es ya literalmente mañana mismo, es el decorado elegido que nos ocupa. Con sus hoteles de lujo y sus naves abandonadas; sus barrios elitistas salpicados de espléndidas mansiones cerca de otros apenas "construidos" con unas pocas planchas metálicas, cartones y restos de obra que difícilmente se podrían calificar como viviendas; que inaugura majestuosos edificios religiosos mientras permite chabolas, mafias y miserias a unas pocas calles de distancia. Con vehículos autónomos y taxis sin conductor que circulan sorteando hordas de sudorosos turistas. Que soporta lluvias torrenciales pero es incapaz de garantizar el agua potable a sus ciudadanos. Repleta de cámaras de reconocimiento facial que no pueden distinguir a nadie entre una masa de túnicas blancas. Armas de última generación y populismo xenófobo. Fanatismo religioso y ansias desmusuradas de poder. Un desempleo que supera el cuarenta por cien y las libertades individuales limitadas a su mínima expresión. Ese es el panorama que se nos presenta.

"Al final, la película le gustó tanto que se quedó hasta los créditos, sorprendiéndose al descubrir  que estaba basada en un libro escrito hacía casi veinte años. Preguntándose cómo era posible que un simple escritor anticipara un futuro en el que el nivel de todos los mares se elevase más de un metro tras el súbito deshielo de Groenlandia, pero que ni la ONU, ni el FMI, ni ninguna otra organización mundial hubieran hecho nada al respecto. ¿Por qué solo dieron el volantazo cuando ya nos habíamos salido de la curva y nos caíamos sin remedio por el precipicio?". Pag. 87-88.


Y en cuanto a los personajes que la habitan... Aquí el narrador -recordemos no confundir autor con narrador, aunque...- se despacha a gusto con unos cuantos de ellos. Policías (ni todos buenos ni todos malos), políticos (...), terroristas internacionales, mafiosos y matones de distinto pelaje y condición son quienes la ocupan por tierra, mar y aire. Alrededor, gente corriente que intenta hacer su vida sin plantearse nada más allá del día a día.


Mención especial merecen los nombres propios utilizados por el autor, tanto de lugares como de personajes, y que en más de una ocasión terminan por caracterizar por si solos a sus poseedores. No voy a desvelar ningún secreto, podéis continuar leyendo tranquilamente. Pero es que algunos de ellos resultan sumamente curiosos y más que acertados: desde el del barrio en el conviven y malviven miles de inmigrantes venidos de las otras orillas de nuestro Mediterráneo, a los de unos cuantos de los protagonistas quienes, aún resultando ya de por si claramente reconocibles en el texto, llevan para su vergüenza en las iniciales de sus nombres el estigma de sus negras pretensiones. No digo más. Descubridlo vosotros mismos.

"- ¿Y tú? ¿A qué le tienes miedo?
- A la ignorancia, supongo. La que lleva a algunas personas a odiar por miedo a lo diferente. Y también a la cobardía. La de los que, aun viendo que algo está mal, miran y callan.
-¿Y por eso te rodeas de libros? ¿Para combatir la ignorancia?
- No, para combatirla no. Esa es una batalla perdida. Los libros son para consolarme y convencerme de que, a la larga, la ignorancia siempre termina siendo derrotada. Roma volverá a arder hagamos lo que hagamos, los hombres somos así. Pero los libros nos ayudarán a reconstruirla". Pag. 261.


Qué más puedo añadir. Ah, sí. Que me ha gustado mucho Redención. Tanto la historia que cuenta como la forma en que lo hace; la construcción de personajes y el ritmo de la narración; la crudeza de las escuetas descripciones, los continuos juegos de palabras que jalonan el texto, y las pequeñas notas de humor que, aunque escasas, resultan sumamente acertadas.


Si lo tomamos como un libro de aventuras es un perfecto entretenimiento para unas cuantas horas de lectura; si lo hacemos como un policíaco disfrutaremos del desarrollo de toda una investigación, con sus avances y retrocesos, hasta sus últimas consecuencias. Pero si vamos un poco más allá... ahí es donde al lector se le concede la iniciativa e indefectiblemente tendrá que decidir si ha leído una historia con un bonito final...



... o si le invade la desesperanza más absoluta en la convicción de que hagamos lo que hagamos no somos más que marionetas al albur de quienes, inexorablemente, mueven los hilos y lo seguirán haciendo pase lo que pase.


"La partida había tocado a su fin y él, Olmedo y quien fuera que le daba órdenes habían ganado. Así habían sido siempre las cosas y así seguirían siendo; los poderosos saliéndose con la suya, manipulando a pobres idiotas como ella para lograr sus fines, lanzándola a la basura una vez lograban lo que querían". Pág. 581.



Porque el libro tiene un doble final. Haciendo un símil cinematográfico terminaremos diciendo que conviene no levantarse del asiento hasta que terminen los títulos de crédito. En este caso hasta leer la última página. O unas horas después.


Violencia.
Ignorancia.
Redención.