viernes, 22 de mayo de 2015

Fin de campaña


Ha llegado el día. Hoy viernes día 22 termina la campaña electoral. Atrás quedan dos semanas de actos, mítines, debates (pocos) en alguna televisión, carteles, buzones llenos de sobres con las papeletas de los distintos partidos, curiosidades de listas y candidatos, esperanzas..., temores..., ilusión.

Aunque a estas alturas todos los electores ya deberíamos tener clara nuestra opción para el domingo -incluidos los que piensan que "eso no va conmigo" y que "qué más da, si son todos iguales", y no piensan ni acercarse a su colegio electoral-, no puedo resistirme a hacer unas cuantas reflexiones en voz alta.

Vaya por delante que ni soy político ni lo seré. Nunca he estado afiliado a ningún partido y creo que tampoco lo estaré jamás. Pero sí que intento ser una persona medianamente informada, que se preocupa por saber lo que pasa a su alrededor y que pretende lo mejor para los suyos y para la sociedad en general.

No pretendo influir en la decisión de nadie a favor de unos o de otros. Ni quiero ni puedo decirle a nadie lo que debe hacer con su voto, pero tampoco me puedo resistir a hacer una reflexión a cerca de a quien, en mi modesta pero clara opinión, nadie debería votar.

Aunque se podría hablar de todo el territorio estatal, conviene recordar que en esta ocasión se trata de elecciones autonómicas (no en todas) y locales. Por eso me centraré en mi Comunidad. Por ser, lógicamente, la que más conozco.

Como todo el mundo sabe por estos lares llevamos más de veinte años con el mismo partido en el gobierno, la mayoría de los cuales, además, con mayoría absoluta.

Sería larguísimo, además de una condena excesiva para el lector, detallar aquí la enorme cantidad de escándalos que han ocurrido durante ese tiempo. Para muestra tan solo referiré algunos: caso Gurtel; los trajes del amiguito del alma; el conseller y las residencias; el conseller y algunas obras "familiares"; el conseller y la visita del papa; otro conseller, condenado a 8 años de cárcel y que todavía hoy, un año después, está pendiente de la resolución del recurso; la vergüenza en la gestión del "accidente" del metro; los gastos de caja fija en galletas, zumos y "frenadoles"; la numerosa negación de expedientes a solicitud de diputados;  el cierre de la televisión y la radio públicas por la irresponsable actuación de sus dirigentes;  los que cuentan billetes en un coche; los que se reparten comisiones de la dipu; los que se reparten comisiones del ayuntamiento; los bolsos de marca y "el caloret"; el vicealcalde y urdangarín; el aeropuerto (sin aviones) del abuelo; los premios de lotería del abuelo; las incompletas declaraciones de hacienda del abuelo; los recortes en sanidad; los recortes en educación; los recortes en asuntos sociales; la copa américa; la ciudad de la luz; la fórmula 1; la prepotencia; el descontrol; el cachondeo.


No lo haré más largo, aunque todos sabemos que la lista sería interminable.

Si no fuera porque ni siquiera saben lo que es, a muchos de nuestros gobernantes se les debería ya haber caído la cara de vergüenza por sus acciones y por sus omisiones durante tantos años. Pero muchos de ellos, lejos de abandonar la esfera pública y dedicarse (si es que lo tienen) a sus oficios o profesiones, vuelven a aparecer para "vendernos" lo buenos que son, lo bien lo que lo han hecho y lo horrible que sería que vinieran los demás. Sean quienes sean.


Ante eso ¿qué nos queda? ¿Demostrar que nos da todo igual y dejarles que continúen manejando lo público a su antojo, o revelarnos ante tanta injusticia y sacarlos democráticamente de las instituciones?

La respuesta la tenemos nosotros. Todos y cada uno de nosotros. Votad en conciencia. Votad en consecuencia. Hacedlo por vosotros y por vuestros hijos. Hacedlo por quienes no pueden. Votad a cualquiera menos a ellos. TODOS nos merecemos algo mejor.

Fin de campaña.¿Fin de una época? Esperemos que sí.


jueves, 21 de mayo de 2015

"El año sin verano"



 

FICHA


El año sin verano
Autor: Carlos del Amor

Novela. 
Editorial: Espasa
1ª edición febrero de 2015
256 páginas.






BIOGRAFÍA


Carlos del Amor es un conocido periodista español (Murcia, 1974). 

Desde que comenzó como becario en el Centro Territorial de Murcia, su carrera profesional ha estado ligada a la televisión y la radio públicas. Tanto en Televisión Española como en Radio Nacional, casi siempre se ha dedicado al periodismo cultural. Con su estilo tan característico, desde hace ya un tiempo son habituales en los informativos sus crónicas sobre los principales festivales de cine, galas de entregas de premios, grandes exposiciones artísticas o entrevistas a personajes internacionales del mundo del arte y la cultura.




Debutó en 2013 con "La vida a veces" (Ver reseña)  una colección de relatos breves. En febrero de 2015 ha publicado la que es su primera novela "El año sin verano".





SINOPSIS

Un periodista que sufre un bloqueo creativo cuando está a punto de comenzar a escribir una novela se encuentra un manojo de llaves en un rellano de su edificio. Pronto descubre que esas son las llaves que abren todas y cada una de las puertas del inmueble. Es agosto, Madrid está vacío y él parece el único habitante en toda la finca. Tiene tiempo y ganas de curiosear.




Lo que comienza tan solo como un extraño pasatiempo estival -ir visitando todas las viviendas vacías del edificio- acaba por convertirse en su principal ocupación nocturna. Poco a poco irá descubriendo las vidas ajenas de aquellos que tiene a su alrededor, conocidos y al mismo tiempo tan desconocidos. Pero lo que menos se imagina es que se va a encontrar con una historia de amor y con una misteriosa muerte que se verá, inevitablemente, abocado a investigar.



Las llaves están hechas para abrir puertas, buzones, coches, sueños... Y vidas ajenas. ¿Conocemos a las personas que nos rodean? ¿Quién es, realmente, nuestro vecino de al lado? La vida de los otros puede resultar sorprendente. 




COMENTARIO

Hace un par de meses leí "La vida a veces", el debút literario de Carlos del Amor, una colección de cuentos cortos que me resultó de lo más interesante. Ahora, y una vez pasado algo de tiempo (por mi costumbre de no leer seguidas dos obras del mismo autor) he devorado "El año sin verano".

Nos encontramos ante una novela en la que se entremezcla ficción y realidad, en la que abundan los saltos temporales en la acción, en la que aparece una novela dentro de la propia novela, en la que se nos plantea el juego de confundir deliberadamente la personalidad del narrador con la del propio autor.


A lo largo del libro se van entrelazando las vivencias del día a día del propio narrador con toda una serie de historias del pasado que van surgiendo conforme avanza en sus investigaciones. Tirando de fotos, de periódicos viejos, de recuerdos, ante nuestros ojos se va construyendo la vida de los habitantes (antiguos y presentes) de un edificio.


Pero a la vez todo ello va unido a otra historia todavía más real, la que está escribiendo el propio autor en un libro que se le resiste. En esa ardua tarea recibirá sabios consejos de varias personas, que no dudará en aceptar y en compartir con todos nosotros.


Tanto da que se trate de una recopilación de comentarios recibidos por su anterior libro o de un compendio de recomendaciones de las que se pueden leer en cualquier manual de escritura de los que tanto abundan. El hecho es que el autor nos receta una serie de recomendaciones sumamente interesantes que todo aprendiz de escritor debería tener en cuenta a la hora de enfrentarse al folio en blanco: no incluir demasiados personajes que se van cruzando unos con otros y complican la trama; no extenderse en demasía. A menudo se quieren contar tantas cosas que al final se mete mucha paja y sobran capítulos enteros; que la acción vaya saltando al pasado para relatar vivencias de los personajes que ayuden a comprender como actúan en el presente; incluir varias tramas que no tengan nada que ver, que durante el desarrollo de la historia sigan sin tener relación y que al final aparezca un punto de unión que le de la vuelta a todo; echarle un poco de picante. Algo de sexo siempre funciona; y tiene que aparecer un niño que se llame León y en algún momento se tiene que oir una canción de Los Planetas.

Casi todas ellas se cumplen en el libro. Excepto la del niño y la canción -o al menos para mi pasaron inadvertidas-. Lo que si aparece es una referencia a un estupendo microcuento de Gabriel García Márquez (páginas 168-169), además de la historia de un cuadro que resulta definitiva en la trama.




 "Los tres viajeros aéreos favoritos". John-Francis Rigaud
Museo del Prado



El autor, en un juego constante de realidad y ficción, nos ofrece una historia de caminos cruzados, de historias de amor y de desamor, de muertes y de misterios. Todo ello con una prosa sencilla sin llegar a ser simple; brillante sin resultar deslumbrante.


Una narración sencilla, amena y encantadora. Un libro amable, agradable de leer, que satisface a quien lo sepa disfrutar. Y que nos deja bien predispuestos a la espera de las próximas historias que nos regalará este nuevo autor.




viernes, 15 de mayo de 2015

Resistiendo a la campaña


Como quien no quiere la cosa ya llevamos una semana de campaña electoral. Y una vez traspasado el ecuador no está de más destacar una serie de "sucedidos" que han llamado la atención rompiendo la monotonía de mítines y actos políticos.

Hasta el momento, al menos para mi, la imagen de la campaña ha sido la del trío la-la-la pedaleando a lo verano azul por las calles de la capital. Rajoy, la Espe y Cifuentes dándolo todo por los suyos. (Nota: por el bien de nuestra salud mental e incluso física os ahorraré el mal trago de insertar alguna imagen del magno acontecimiento).  Con un sol de justicia andaban los tres, perfectamente equipados para la ocasión. Mariano de largo, con camisa también de manga larga y con la imprescindible corbata; la Cifu algo más discreta en su indumentaria, y doña espe de amarillo "tour de france" intentando demarrar del pelotón para demostrar al personal quien es la virtual lideresa. Sanos y deportistas. Lo malo es que luego el "preshidente" reconoció que hacer deporte esh bueno, y que mejor todavía esh hacerlo con eshas bicicletash eléctricash con lash que uno no she cansha nada.


También ha sido digna de mención otra incursión en el mundo del deporte de otro político que tampoco se presenta a las elecciones. Pedro Sánchez echando unas canastas con unos chavales. Y es que ¡hay que ver que campechanos que son nuestros políticos!


Mención especial merece A.Rivera. Para él va esta semana el premio "lacagasteburtlancaster" por su comentario de que la regeneración política pasa por gente que haya nacido en democracia. Muy bien, chavalote. Con un par.

Además de ser una necedad como la copa de un pino me gustaría saber lo que opinan de eso incluso en su propio (supuesto) partido. Le recuerdo, por si no lo sabe o no se lo han dicho y por ponerle solo un ejemplo que le debería resultar cercano, que su candidata en un pueblo de Cuenca (Los Hinojosos, para más señas) es una señora de 83 años. Creo que doña Ofelia Martínez, que así se llama la susodicha, no está precisamente encantada con las afirmaciones de "la gran esperanza blanca".

Aunque, claro, viendo a otro de sus candidatos, que en pleno mitin tiene que preguntarle a un asesor como demonios se llama la inversión que quiere realizar en su pueblo y que es una de las grandes promesas electorales que ofrece... Hay que ver como estamos, ciudadanos.


Y por último (por ahora) pero no por ello menos importante, no podía faltar en este somero repaso la todavía alcaldesa de Valencia. En efecto, Rita la del "caloret" amenazando a gritos a una joven que le increpó el otro día en el mercado. Su delito había sido pronunciar la frase "fuera corruptos". Debe ser que se dio por aludida y...

Por cierto, ese día y a esa misma hora todos los candidatos a la alcaldía (todos menos ella, claro) se encontraban en un debate organizado por la cadena Ser confrontando sus propuestas, dialogando sobre las mismas, debatiendo. (Nota pa la Rita: como creo que no los conoce, se trata de tres formas verbales, concretamente gerundios, cuyo significado no estaría de más que repasara). 

Y ayer la volvió a liar. A media mañana y en otro mercado municipal. ¿No hubiera estado mejor, tanto ella como sus acompañantes (asesores, conductor, escolta, incluso varios policías municipales) haciendo aquello para lo que cobra de todos nosotros? ¿No puede gobernar la ciudad y dejarse los actos de partido para cuando termine sus obligaciones laborales?


En fin. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. 
Que nos sea leve la segunda semana de campaña. Ánimo. Tan solo faltan 9 días para las elecciones.




Reseña: "La mirada de piedra"





FICHA


La mirada de piedra
Autor: Jorge Magano

Acción y aventuras. 
La esfera de los libros. 2014
416 páginas.





BIOGRAFÍA

Jorge Magano (Madrid, 1976) es licenciado en Historia del Arte, guionista de radio, cine y televisión, además de novelista, y aficionado a la mitología, las religiones y las culturas antiguas. Se define a sí mismo como un amante de lo bello y lo polvoriento, ha participado en excavaciones arqueológicas y viajado a numerosos países en busca de ideas y argumentos para sus historias.

Cuenta el propio autor que en 1997 se le apareció en sueños Jaime Azcárate, que lo abordó con las siguientes palabras: No me cuentes tu vida; cuenta la mía. Y en eso anda.

La mirada de piedra es la tercera entrega de la serie protagonizada por el periodista e historiador Jaime Azcárate (verdadero alter ego del propio autor). La saga se inició con La isis dorada (2007) y continuó con Donde duermen los milagros (2012). Otras obras del autor son Fabuland (2009), novela juvenil ambientada en el mundo de los videojuegos, El chico que no miraba a los ojos (2010) y Museum (2013).




Magano ha trabajado en varias emisoras de radio, es tutor de escritura creativa en un taller online y guionista de cine y televisión ("Ángel o demonio", Telecinco). En la actualidad prepara una nueva novela, el guión de un largometraje y otros muchos proyectos que, nos asegura,  irán viendo la luz próximamente.



SINOPSIS

El periodista e historiador del arte Jaime Azcárate parece tener un imán para los problemas. Por eso cuando durante sus vacaciones las autoridades le piden ayuda para investigar un robo en un museo, su reacción es más de fastidio que de sorpresa. No queriendo verse involucrado, Jaime rechaza la petición de investigar el paradero de Medusa, una estatua que ha sido robada y a la que la leyenda atribuye una maldición... hasta que alguien intenta asesinarlo y se ve obligado a tomarse el asunto más en serio.

Sin nadie más a quien recurrir, Jaime contacta con la única persona en el mundo que puede ayudarlo: Paloma Blasco, la ex novia junto a la cual firmó un trabajo universitario sobre la valiosa (y maldita) escultura. Ahora la pareja debe olvidar sus antiguas diferencias mientras viaja de Grecia a Cerdeña para encontrar la Medusa antes de que la maldición escoja a su próxima víctima.



COMENTARIO

Empiezo  por decir que este es el primer libro que leo de Jorge Magano y, pese a ser la tercera entrega de la saga protagonizada por Jaime Azcárate, se puede leer sin ningún problema de manera independiente. Se trata de una historia cerrada, con principio y final, para la que no es necesario haber leído las dos anteriores, como supongo y deseo que pasará con las que sin duda le seguirán.


Aventuras, thriller, suspense, histórica, humor. Todos estos géneros y alguno más se entremezclan en esta interesante novela.


Tras una breve introducción histórica a cerca de la escultura cuya búsqueda protagonizará toda la trama, rápidamente nos vemos inmersos en la acción, en las aventuras que correrá nuestro "héroe" en su investigación. De su mano viajaremos de El Burgo de Osma a Madrid, de Cerdeña a Atenas, de El Pireo a Verona... quemando etapas hasta finalizar el recorrido en el mismo lugar donde todo empezó.

Pero no solo es una novela de aventuras, ya que la investigación, los secuestros, las palizas, los asesinatos e incluso algún super-héroe con sobrepeso conseguirán que el suspense, el thriller y la investigación policial sean lo que predomine en la acción.

Las notas históricas y las explicaciones de corte mitológico, que en pequeñas dosis van salpicando la trama, nos ayudan a comprender la historia que se cuenta y a completar un relato de buenos y malos, de académicos y ladrones, de muertos que no lo están y de policías que tampoco lo son.

Todo ello salpimentado con unas brillantes notas de humor, principalmente a cargo del protagonista y de su fiel escudero (su amigo Roberto, una especie de Sancho Panza contemporáneo) en algunas escenas realmente divertidas y, fundamentalmente, a través de unos diálogos chispeantes que no tienen desperdicio.



En definitiva nos encontramos ante una novela entretenida y muy bien escrita. Con una prosa dinámica en la que abundan los diálogos y las frases no excesivamente largas junto a unas descripciones de lugares y acontecimientos someras y bien resueltas, que nos hacen disfrutar de una historia dinámica y bien construida hasta llegar a un desenlace positivo y creíble. Que no es poco.


Por algo La mirada de piedra ha sido la ganadora del primer concurso de autores indie convocado por Amazon y el diario El Mundo. Enhorabuena al autor por el premio. Y a todos sus futuros lectores que sin duda disfrutarán de su lectura.  



viernes, 8 de mayo de 2015

Campaña


Ya comenzó la campaña electoral. Desde esta pasada medianoche los partidos, coaliciones y agrupaciones de electores ya pueden, oficialmente, pedirnos el voto para las elecciones autonómicas y locales del día 24. Oficialmente, porque de la otra manera llevan ya unos cuantos meses haciéndolo.

Unos intentando mantenerse en el poder, allá donde la ciudadanía (o las buenas o malas artes de la negociación post-electoral) se lo concedieron hace cuatro años, haciendo balance partidario y partidista de los grandes logros conseguidos pese a la terrible crisis soportada.

Otros pretendiendo un cambio "tranquilo", que sea más una sustitución de  nombres conocidos por otros de los que nada se sabe, cambio de cromos que no de sistemas y formas, presentándose con cuatro propuestas (y teniendo que rectificar sobre la marcha alguna de ellas) y pretendiendo con ello convertirse en el árbitro del partido. La marca blanca con la que hay que cambiar el voto para que no cambie nada. O casi nada.

Algunos más (en teoría, muchos más) arrogándose el papel de relevo lógico, en la más casposa tradición de la alternancia en el bipartidismo. Con su pasado en la mochila y la rémora de unas alforjas, en demasiados casos, llenas.

También los minoritarios de siempre, generalmente tildados de extremistas, que casi nunca han gobernado pero que son el contrapunto necesario para controlar a unos y otros.

Y luego están los nuevos. Los del nombre posibilista. Los de las propuestas ciudadanas. Los de la democracia real. Los que en un principio y surgiendo de la nada resultaban simpáticos, por lo utópico de sus planteamientos y el idealismo de sus pretensiones; que fueron cogiendo músculo convirtiéndose en una marea de ilusión, con espectativas reales de tocar el poder en muchos sitios, hasta que se convirtieron en peligrosos para los de siempre. Para los que gobiernan y para los que sueñan con hacerlo. Para los que mandan y para el poder económico (valga la redundancia). Leña al mono hasta que se le caiga la coleta, ha sido la consigna durante los últimos meses y continuará siendolo, sin duda, en estos quince días.


Porque quince días son -y no catorce ni veinte, ni ninguna otra cantidad- los que dura la campaña. Para así poder contar con dos fines de semana completos, llenos de actos, mitines, cenas, fiestas, fotos, besos, abrazos, carteles, banderitas, camisetas, abanicos y toda la parafernalia que tanto y tan bien conocemos. Dos fines de semana completos y la noche del viernes 22, el día del fin de campaña, en el que como si no hubiera un mañana unos y otros tirarán la casa por la ventana con los actos más multitudinarios, para exibir todo el músculo posible y convencer a los incautos de última hora.

Viernes 22. Porque, claro, el sábado no se puede. Es jornada de reflexión. Nada ni nadie podrá ya pedirnos el voto. Recomendación: conectar el modo ironía para leer el resto del párrafo, si es que no lo habéis hecho todavía. Es el día tonto. Calma y tranquilidad. Debemos pensar, meditar, reflexionar cual de las ofertas recibidas en estos días ha resultado merecedora de lograr nuestra adhesión. Pero hacerlo en voz baja para no influir en vecinos o familiares, aislados de todo y de todos, en una burbuja insonorizada alejada del mundanal ruido y en la que no nos condicione la última frase escuchada. Ni una imagen de televisión. Ni el cartel de un candidato colgado en una farola.

(Votante indeciso reflexionando el próximo sábado día 23).


Para terminar reproduzco un poema que leí no hace mucho. Me lo envió un amigo desde el otro lado del charco (¡muchas gracias, Javier!) aunque comprobareis que lo que dice es totalmente extrapolable a estas fechas y estas latitudes.
Es de autoría desconocida, anónimo que decíamos en la escuela, así que no se admiten reclamaciones. Tan solo las justas y necesarias.


El león falleció ¡triste desgracia!
Y van, con la más pura democracia
a nombrar nuevo rey los animales.

Las propagandas hubo electorales
prometieron la mar los oradores
y... aquí tenéis algunos electores:

Aunque parézcales a ustedes bobo,
las ovejas votaron por el lobo.
Como son unos buenos corazones
por el gato votaron los ratones.

A pesar de su fama de ladinas
por la zorra votaron las gallinas.
La paloma inocente,
votó por la serpiente.

Las moscas, nada hurañas,
querían que reinaran las arañas.
El sapo ansia y la rana sueña
con el feliz reinar de la cigüeña.

Por el camino con un gusano topo
que a votar se encamina por el topo.
El topo, que no se queja,
da su voto a la comadreja.

Los peces, que sucumben por su boca,
eligieron gustosos a la foca.
El caballo y el perro, no os asombre,
ambos votaron por el hombre.

Y con dolor profundo
por no poder encaminarse al trote
arrastrábase un asno moribundo
a dar su voto por el zopilote.


Caro lector que inconsecuencias notas,
dime: ¿no haces tu lo mismo cuando votas?





Pues lo dicho. Mucho ánimo con la campaña. No seré yo quien os diga lo que debéis hacer, aunque para quien me conozca mínimamente a estas alturas ya estará meridianamente claro a quien desearía que no le cayera ni un solo voto. Que no se votaran ni ellos (algunos son tan torpes que seguro que se equivocan de papeleta).
Ni sus maridos ni mujeres.
Ni la madre que los parió.