Desde aquí quisiera enviar un abrazo y muchos ánimos a Teresa, para que poco a poco se recupere de esta terrible situación.
También mi solidaridad para con el resto de afectados, las personas que están siendo controladas ante la posibilidad de que pudieran haberse contagiado. Seguro que todo irá bien.
Y un enorme agradecimiento al personal sanitario que está luchando heroicamente contra la enfermedad día a día y pese a todos los riesgos y dificultades.
De otra parte mi repulsa más sonora para esos politiquillos (ministros, consejeros...) que con sus manifestaciones se retratan a si mismos, y con sus acciones demuestran no conocer el significado del verbo dimitir (que, por si no lo saben, no es ningún nombre ruso). Y a sus superiores (en este caso presidentes los dos) decirles que cesar (así tal cual, sin acento) no es un nombre propio, sino el verbo que deberían conjugar en casos como estos.
Cartel que apareció ayer colgado en las Urgencias del Hospital de Alcorcón. Sobran las palabras.