jueves, 4 de julio de 2013

Amanecer

Deambula a oscuras por la casa, intentando hacer el menor ruido posible. Todavía no ha amanecido y el silencio domina el ambiente. El resto de la familia continúa durmiendo, apurando sus últimos minutos de descanso.

Un sonido se escucha en la lejanía. Suave, mínimo, casi imperceptible al principio, pero que poco a poco va aumentando en intensidad hasta hacerse reconocible y familiar, convirtiéndose después en algo estridente y molesto.

La sirena de una ambulancia rompe el silencio de una ciudad dormida, ausente, casi desierta. Alguien empezó el día muy temprano, y no demasiado bien; o tal vez una nueva vida está a punto de comenzar.

En cualquier caso no habrá gran diferencia. Un suspiro, un bostezo; un nombre, un número. Una anotación en un registro. En el debe de los que fueron y ya no son. O en el haber de los que son y, antes o después, dejarán de ser.




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