lunes, 23 de noviembre de 2015
África también existe
Estamos con vosotros. Con el pueblo de Malí.
Con todas y cada una de las víctimas de la barbarie y la sinrazón.
lunes, 16 de noviembre de 2015
miércoles, 11 de noviembre de 2015
"Las flores no sangran"
Autor: Alexis Ravelo
Novela negra
Editorial ALREVÉS, S.L.
2ª edición, febrero de 2015
336 páginas.
BIOGRAFÍA
Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) es un escritor canario especialmente destacado en el campo de la novela negra, el cuento y el microrrelato.
Cursó estudios de Filosofía en la UNED y fue alumno de talleres de narrativa impartidos por Mario Merlino, Augusto Monterroso y Alfredo Bryce Echenique.
Ha escrito espectáculos teatrales y guiones para programas infantiles de televisión, y es cofundador de la revista literaria La Plazuela de las letras. En la actualidad combina estas actividades con su amplia producción literaria, además de su columna de opinión en el periódico digital Canarias ahora, e imparte diversos talleres literarios.
En el año 2000 publicó su primer libro de relatos Segundas personas, a la que siguieron Ceremonias de interior (2006) y Algunos textículos (2007).
También ha publicado varias obras destinadas al público infantil y juvenil, entre las que destacan La princesa cautiva, Historia del bufón Alegre Contador y Los perros de agosto.
En cuanto a novelas, debutó con Tres funerales para Eladio Monroy, en 2006, a la que siguieron La noche de piedra (2007), Sólo los muertos (2008), Los tipos duros no leen poesía, Los días de mercurio (2010) y Morir despacio.
El éxito y el reconocimiento unánime le llegó con su siguiente novela, la aclamada La estrategia del pequinés (2013), con la que conquistó el Premio Hammett a la mejor novela negra del año.
Sus últimas obras publicadas son La última tumba (Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe) y Las flores no sangran.
SINOPSIS
Si alguien decidiera crear una lista de crímenes idiotas, un secuestro exprés en una isla solo figuraría después de un atraco a una comisaría o a un banco de semen, de ahí que constituya sin duda la fechoría más absurda del mundo. Y eso es precisamente lo que deciden llevar a cabo Lola, el Marqués, el Flipao y el Salvaje, en un plan infalible que además es muy sencillo de ejecutar, al menos sobre el papel.
Pero Gran Canaria es una isla rodeada de agua por todas partes menos por una, que se llama Isidro Padrón, un hampón disfrazado de empresario que a su vez despacha con un ruso que no tiene nombre, y si lo tiene nadie lo dice, por lo que pueda pasar. Desbaratar el plan de cuatro malhechores de pacotilla entra dentro de lo factible. Para él es cosa fácil, aunque también en teoría.
Lo que todos ignoran es que en apenas veinticuatro horas ninguno de ellos será como es ahora, porque habrán abierto la puerta del infierno.
COMENTARIO
Novela negra con toques de humor. Trama policíaca con dosis de crítica social. Todo eso y mucho más es lo que ofrece Alexis Ravelo a aquel que se adente en esta historia en la que aparece "lo mejorcito" de la sociedad. De la sociedad canaria en este caso, aunque bien podría estar ambientada en cualquier otro lugar de nuestro país.
Rateros de tres al cuarto metidos en "negocios" que les vienen demasiado grandes. Empresarios de éxito que tienen mucho que ocultar. Políticos sin escrúpulos siempre dispuestos a hacer favores a todo aquel que esté dispuesto a pagar por ellos. Mafiosos internacionales al servicio de cualquiera con líquido para asumir sus tarifas. Personajes que se aprovechan de todo para vivir en una situación acomodada y sin ninguna preocupación, a costa de no plantearse ni el cómo ni a cambio de qué. Todos ellos conviven en esta historia (como casi todas, pura ficción), pero que se asemeja demasiado a lo que podemos ver a diario en los informativos de cualquier cadena de televisión.
"Chiquilla, ¿tú no lees los periódicos? ¿No sabes en qué país vives? Aquí quien no paga no pilla. Todas las empresas tienen una caja B para untar a los que reparten el queso. Todas las que triunfan. Las que no pagan, no aguantan mucho. Son putos perdedores (...) Aquí el corazón no pinta un carajo, Diana. El dinero, dinero es. No me interesa de dónde venga, sino para lo que sirve". Páginas 299-300.
Todo ello con un tono humorístico muy bien conseguido, que ayuda al lector a sobrellevar la crudeza de algunas de las situaciones que se relatan. A eso contribuye la gran cantidad de expresiones y el acento típicamente canario (y en algunos casos argentino) que utilizan los personajes al hablar.
"Lola pensó que una garantía del Zurdo tenía más o menos el mismo valor que una mierda pinchada en un palo un lunes por la tarde". Página 113.
"Toda la vida andando entre el malevaje para que al final te cague a tiros un aficionado". Página 254.
Rateros de tres al cuarto metidos en "negocios" que les vienen demasiado grandes. Empresarios de éxito que tienen mucho que ocultar. Políticos sin escrúpulos siempre dispuestos a hacer favores a todo aquel que esté dispuesto a pagar por ellos. Mafiosos internacionales al servicio de cualquiera con líquido para asumir sus tarifas. Personajes que se aprovechan de todo para vivir en una situación acomodada y sin ninguna preocupación, a costa de no plantearse ni el cómo ni a cambio de qué. Todos ellos conviven en esta historia (como casi todas, pura ficción), pero que se asemeja demasiado a lo que podemos ver a diario en los informativos de cualquier cadena de televisión.
"Chiquilla, ¿tú no lees los periódicos? ¿No sabes en qué país vives? Aquí quien no paga no pilla. Todas las empresas tienen una caja B para untar a los que reparten el queso. Todas las que triunfan. Las que no pagan, no aguantan mucho. Son putos perdedores (...) Aquí el corazón no pinta un carajo, Diana. El dinero, dinero es. No me interesa de dónde venga, sino para lo que sirve". Páginas 299-300.
Todo ello con un tono humorístico muy bien conseguido, que ayuda al lector a sobrellevar la crudeza de algunas de las situaciones que se relatan. A eso contribuye la gran cantidad de expresiones y el acento típicamente canario (y en algunos casos argentino) que utilizan los personajes al hablar.
"Lola pensó que una garantía del Zurdo tenía más o menos el mismo valor que una mierda pinchada en un palo un lunes por la tarde". Página 113.
"Toda la vida andando entre el malevaje para que al final te cague a tiros un aficionado". Página 254.
Por continuar con los tópicos, uno se imagina al autor con una botellita de Firgas (para ayudar a digerir el buchito de Areucas que se acaba de tomar), junto a un cenicero humeante donde se consume el penúltimo Kruger del día, revisando lo escrito y buscando la mejor ubicación para incluir un par de pullas* dedicadas a una escritora de éxito. O a uno de sus libros, por mejor decir.
*Quien tenga curiosidad puede encontralas en las páginas 154 y 234.
Se trata de una novela ágil, muy dinámica, en la que predomina la acción. Que llega a ser trepidante en algunas escenas. Se nota la experiencia del autor como guionista teatral y televisivo. A lo largo de todo el libro nos vemos inmersos en la historia, envueltos en el agradable clima canario, mientras la acción va saltando de un escenario a otro. Casi podemos "ver" a los personajes moverse a toda velocidad, circulando de un lugar a otro de la isla -de la ciudad a las zonas de interior; de chalets de lujo a las urbanizaciones que la crisis dejó a medio construir-, al ritmo que marca el ron, la sangre y el dinero.
"Cuando te reunes con gente como Toñi Vidanes no hay que escatimar en gastos, no hay que ahorrarse esfuerzo alguno en demostrar que tienes más pasta que nadie, que ellos no son más que gusanos comparados contigo, porque a veces los gusanos sienten la tentación de convertirse en mariposas y entonces hay que aplastarlos. Por eso siempre es mejor dejarles claro que ellos jamás pasarán de capullos". Página 25.
Quizá la única pega que le pondría es la gran cantidad de personajes que van apareciendo a lo largo de la trama -intercalándose en distintas escenas y mezclándose en otras- que a veces pueden llegar a confundirnos. Sobre todo teniendo en cuenta que muchos de ellos aparecen indistintamente con sus nombres y/o sus apodos, y que para algunos se utilizan varios sobrenombres dependiendo de dónde y con quién estén hablando.
Un buen libro, con un estupendo título, de un autor que maneja con maestría el oficio de escribir. Que se nota que disfruta haciéndolo y que es capaz de combinar varios géneros en una misma historia.
*Quien tenga curiosidad puede encontralas en las páginas 154 y 234.
Se trata de una novela ágil, muy dinámica, en la que predomina la acción. Que llega a ser trepidante en algunas escenas. Se nota la experiencia del autor como guionista teatral y televisivo. A lo largo de todo el libro nos vemos inmersos en la historia, envueltos en el agradable clima canario, mientras la acción va saltando de un escenario a otro. Casi podemos "ver" a los personajes moverse a toda velocidad, circulando de un lugar a otro de la isla -de la ciudad a las zonas de interior; de chalets de lujo a las urbanizaciones que la crisis dejó a medio construir-, al ritmo que marca el ron, la sangre y el dinero.
"Cuando te reunes con gente como Toñi Vidanes no hay que escatimar en gastos, no hay que ahorrarse esfuerzo alguno en demostrar que tienes más pasta que nadie, que ellos no son más que gusanos comparados contigo, porque a veces los gusanos sienten la tentación de convertirse en mariposas y entonces hay que aplastarlos. Por eso siempre es mejor dejarles claro que ellos jamás pasarán de capullos". Página 25.
Quizá la única pega que le pondría es la gran cantidad de personajes que van apareciendo a lo largo de la trama -intercalándose en distintas escenas y mezclándose en otras- que a veces pueden llegar a confundirnos. Sobre todo teniendo en cuenta que muchos de ellos aparecen indistintamente con sus nombres y/o sus apodos, y que para algunos se utilizan varios sobrenombres dependiendo de dónde y con quién estén hablando.
Un buen libro, con un estupendo título, de un autor que maneja con maestría el oficio de escribir. Que se nota que disfruta haciéndolo y que es capaz de combinar varios géneros en una misma historia.
* Próxima lectura: El silencio del pantano, de Juanjo Braulio.
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