Llegó el 1-O y con él todo lo que pasó. Apenas hace unos días y hay que ver cómo hemos envejecido todos.
Ahora llega el 10 del 10 (curiosa coincidencia alfanumérica). El día "D". El definitivo. El de la verdad.
En unas horas se producirá (o no, que con esta gente nunca se sabe) lo que algunos desean, lo que otros temen; lo que la mayoría no desearía que pasara.
Para bien o para mal se ha llegado al punto de no retorno, al que nunca se debió llegar. Irremediablemente nos acercamos a la hora "H", y el abismo cada vez está más cerca.
¿Y ahora qué?, es la pregunta que todos nos hacemos.
Tranquilidad. Que cada uno haga su trabajo lo mejor que pueda, lo mejor que sepa; lo mejor que quiera. La historia lo juzgará. Pero antes los tribunales también tendrán que opinar. Y eso, en un Estado de Derecho, es lo único a lo que TODOS estamos sometidos.
Mesura. En las decisiones de unos y de otros. No hagamos nada que marque irremisiblemente el futuro de todos y de lo que luego nos podamos arrepentir.
Y cordura. Aunque parezca haber desaparecido definitivamente de la vida política, es lo que más se necesita en estos momentos. Y lo único que nos puede sacar de esta situación.
Suerte a todos. La vamos a necesitar.