martes, 10 de octubre de 2017

10 del 10


Llegó el 1-O y con él todo lo que pasó. Apenas hace unos días y hay que ver cómo hemos envejecido todos.
Ahora llega el 10 del 10 (curiosa coincidencia alfanumérica). El día "D". El definitivo. El de la verdad.
En unas horas se producirá (o no, que con esta gente nunca se sabe) lo que algunos desean, lo que otros temen; lo que la mayoría no desearía que pasara.

Para bien o para mal se ha llegado al punto de no retorno, al que nunca se debió llegar. Irremediablemente nos acercamos a la hora "H", y el abismo cada vez está más cerca.


¿Y ahora qué?, es la pregunta que todos nos hacemos.

Tranquilidad. Que cada uno haga su trabajo lo mejor que pueda, lo mejor que sepa; lo mejor que quiera. La historia lo juzgará. Pero antes los tribunales también tendrán que opinar. Y eso, en un Estado de Derecho, es lo único a lo que TODOS estamos sometidos.

Mesura. En las decisiones de unos y de otros. No hagamos nada que marque irremisiblemente el futuro de todos y de lo que luego nos podamos arrepentir.

Y cordura. Aunque parezca haber desaparecido definitivamente de la vida política, es lo que más se necesita en estos momentos. Y lo único que nos puede sacar de esta situación.


Suerte a todos. La vamos a necesitar.

viernes, 1 de septiembre de 2017

"Muertes de sobremesa"



Autor: David Jiménez "El Tito"



Novela negra.   
ACEN Editorial
1ª edición (digital): diciembre de 2015
354 páginas.





BIOGRAFÍA

David Jiménez "El Tito" (Cartagena, 1978) es licenciado en Biología. Desde hace unos años reside en Castellón, donde trabaja en el Servicio de Vigilancia Aduanera, un cuerpo policial adscrito a la Agencia Tributaria.

Ha colaborado en distintos medios digitales, tanto publicando relatos propios como escribiendo sobre novela negra.



"Muertes de sobremesa" es su primera novela publicada. Debido al éxito con ella obtenido en apenas unos días podremos disfrutar con la continuación de la historia ("Inspector Solo", a partir del día 4 de septiembre).




SINOPSIS


El inspector Marcial Lisón, un peculiar policía cuyo único amigo de verdad es su inseparable galgo Sola, se verá obligado a retomar una investigación que le explotó en la cara cuando, a mediados de la década de los noventa, tan solo era un simple agente a las órdenes del inspector Villanueva. Cuando Lisón ve el cuerpo desnudo de Enma, la mujer de Villanueva, sentado frente a la mesa de la cocina, con dos tazas de café y el dedo anular amputado, ya sabe que el "asesino del café" ha vuelto.

La enrevesada investigación, que obliga a negociar con los recuerdos más ocultos de su mente, conducirá a Marcial a descubrir que su relación con el asesino trasciende más allá de lo meramente profesional.

El asesino del café no es solo un caso sin resolver del pasado, sino su pasado sin resolver.



COMENTARIO


El verano pasado leí "Muertes de sobremesa". Me pareció un buen libro escrito por un autor novel al que, desde entonces, supe que debería seguir la pista. 

En aquel momento (como casi siempre) mis lecturas se iban sucediendo a buen ritmo. De algunas publiqué la correspondiente reseña, pero otras iban quedando postergas. Fue pasando el tiempo y el comentario de este libro se quedó como algo pendiente. 

Hace unos días supe que en septiembre aparecerá un nuevo libro del autor. Parece ser que aunque será una historia independiente estará bastante relacionada con esta. Volverán a aparecer personajes ya conocidos, leeremos la continuación de algunas tramas y veremos la aparición de otras nuevas. 

Por todo ello decidí regresar a la historia del inspector Marcial Lisón y su "amiga" Sola; a Zoe, Sasha y al resto de personajes que tanto me gustaron. Volví a leer "Muertes de sobremesa" con un doble objetivo: por un lado para tener más fresca la historia de cara a la lectura de su continuación, y por otro para hacer la reseña del libro que (me/le) debía desde hace ya un año.


Y me alegro de haberlo hecho. Después de este tiempo y tras una segunda lectura he de decir que no ha cambiado mi opinión de entonces. En todo caso si lo ha hecho ha sido para mejor.



Es esta "Muertes de sobremesa" una historia policial en la que se retoma una investigación que había permanecido dormida durante mucho tiempo. Todo apunta a que un antiguo asesino en serie ha vuelto a actuar 18 años después, y quienes no lo pudieron atrapar entonces no están dispuestos a que se les vuelva a escapar.

Un puñado de policías se encargarán de ello. El comisario Lasaosa, el inspector Villanueva, Miralles y sobre todo Marcial Lisón serán los encargados de la investigación, junto a las nuevas incorporaciones al grupo de Rubio, Fornet y Zoe (que será, a partir de ahora, la nueva compañera de Marcial).


Nos encontramos ante una historia clásica en cuanto a su estructura, en la que las distintas tramas se van entrelazando alrededor de la búsqueda del "asesino del café", conocido por ese nombre por el curioso ritual con el que ejecuta a sus víctimas. 



Las pistas aparecen y desaparecen, confundiendo en ocasiones lo que parece ser con lo que en realidad es.

 "La especie humana era, sin ningún género de dudas, la más despiadada que habitaba la faz de la Tierra. La especie inhumana es la más salvaje del mundo".



Con estos mimbres, abundantes diálogos y unos cuantos personajes (los necesarios, ninguno está de más en esta historia), el autor hace su magia. Utilizando la narración en tercera persona y con una maestría sorprendente en un autor "principiante" se construye una historia ágil, amena y muy entretenida.


Las trama avanza con inesperados giros narrativos y los personajes van evolucionando -ciertamente, unos más que otros- a lo largo de un relato en el que pese a tratarse de la investigación de unos asesinatos bastante mediáticos no resulta tan importante el quién -porque de hecho se intuye bastante pronto y no hay que esperar hasta el final para conocer la identidad del asesino- como el por qué. Por qué elige a esas víctimas y no a otras; Por qué utiliza ese ritual en los asesinatos; Por qué ha permanecido inactivo durante tanto tiempo; Por qué vuelve a asesinar ahora...

Tal vez parezcan demasiadas preguntas, pero todas ellas tendrán cumplida respuesta en un final donde todo cuadra, en esta historia de venganza, fidelidad (bien o mal entendida, según los casos) y café. Mucho café.

 "La vida es un trago amargo. Algunos la afrontamos como viene, como es mi caso. Otros, en cambio, usan aditivos de cualquier tipo para endulzarla".



Una historia en la que tienen mucha importancia las relaciones familiares (relaciones padres/hijos, amigos que son más que si fueran familia, compañeros de trabajo/gente que trabaja más o menos con uno), y un personaje, Marcial Lisón, que es el eje fundamental sobre el que pivota toda la acción. Un tipo duro, endurecido por su profesión y por todo lo que le rodea; que perdió a su mejor amigo y compañero (cuánto nos gustaría haber conocido antes a Santi) y que se construyó una coraza alrededor con la que consigue aislarse de cualquier relación afectiva y a la que solo permite atravesar a su única amiga y compañera: la fantástica perra galga con la que convive.

 "Marcial hacía mucho tiempo que había convertido su corazón en un ventilador capaz de esparcir, sin dejar acercarse siquiera, cualquier atisbo de sensación que pudiese confundirse con el amor. El de ella estaba protegido por una muralla de desdén a la que precedía un foso de desengaño".

Aunque todo puedo cambiar. Y algunas cosas así lo demostrarán a lo largo de la historia.


Como se ve claramente, me resulta difícil poner algún pero y destacar algo negativo de este debut literario de David Jiménez, ya que en realidad nada desentona lo más mínimo en esta historia. Y es que, como se repite en varias ocasiones a lo largo del libro (sobre todo Marcial, aunque también lo dice algún otro personaje)... "Aún no es tiempo para peros".




Ya no queda nada para poder continuar con la historia, para saber qué sucede con Marcial, "Sola", Sasha y el resto de personajes. "Inspector Solo", el segundo libro de David Jiménez el Tito, se publica en unos días. En muy pocos días. A partir del lunes continuaremos gozando y sufriendo con ellos. Y lo haremos con mucho gusto.

Por cierto, ¿cómo preferís el café, solo o con azúcar?









jueves, 17 de agosto de 2017

Últimas lecturas y próximas reseñas


¿Qué tal? ¿Cómo va el agosto?

He pasado por el blog a echar un vistazo y... ¡hay que ver! La verdad es que lo tengo bastante desatendido, y hace ya un tiempo que no publico reseñas (lo sé, lo sé. Además alguno de vosotros me lo recuerda con cierta insistencia). Pero eso no significa que haya dejado de leer, ni mucho menos.

De hecho tengo que decir que la cosecha de mis últimas lecturas ha sido excelente. En casi todos los casos he acertado con los libros y solo en alguna ocasión la lectura me ha resultado decepcionante. Pero claro, no se puede acertar siempre.

Bueno. Pues ahí va la relación de los últimos libros que he leído, y de los que tengo el firme propósito de hacer las correspondientes reseñas (sí, no será hoy ni mañana pero, poco a poco, espero que vayan apareciendo todas en el blog).

Los relaciono por riguroso orden de lectura, aunque seguramente este no será el mismo por el que aparecerán las reseñas.


"Cuervo negro", de Anabel Botella.

"La verdad sobre el caso Harry Quebert", de Joël Dicker

"Las defensas", de Gabi Martínez

"Tres minutos de color", de Pere Cervantes

"La capital del mundo", de Gonzalo Garrido

"Memento Mori" (Versos, canciones y trocitos de carne), de César Pérez Gellida

"París-Austerlitz", de Rafael Chirbes

"El elefante desaparece", de Haruki Murakami

"Todo se aprovecha", de Pere Calders

"Dies irae" (Versos, canciones y trocitos de carne), de César Pérez Gellida

"Muertes de sobremesa", de David Jiménez "el Tito". Libro que leí el año pasado, que por circunstancias no llegué a reseñar y que ahora he vuelto a leer para poder hacer la reseña (y tenerlo más reciente ante la inminente publicación de la continuación de la historia).



¿Qué os parece? No está nada mal, verdad? Ha habido alguna que otra lectura más, pero no creo que las comente todas. Entre estas reseñas y las siguientes lecturas que tengo en espera (y alguna más que, como siempre, irá apareciendo) ya tengo deberes para rato.

¡Felices lecturas y feliz verano!


martes, 8 de agosto de 2017

Sugerencia


Señoras y señores escritoras/es, lectores y lectoras cero y cera, correctores/as de textos (¿queda alguno/a en la sala?), representantes, representantas y demás personal del mundo literario.

Desconozco si será casualidad o que últimamente han aumentado este tipo de descripciones, pero de un tiempo a esta parte me llama la atención que en muchos de los libros que leo la ambientación musical es una parte importante, cuando no fundamental, de la propia historia. 

En ocasiones no se trata tan solo de mencionar canciones concretas, sino que los autores se animan a transcribir partes o estrofas enteras de las mismas. La música que suena en un coche, la que escucha algún personaje mientras hace ejercicio o cuando se relaja en su casa después de un día de trabajo, referencias a series o películas, escenas que suceden en cines, bares... jalonan las historias de continuas referencias musicales.

Y es al hilo de esta circunstancia donde surge mi duda, para nada existencial sino mucho más prosaica. ¿Sería mucho pedir que cuando en alguno de sus libros aparece un tema musical en otro idioma -ya sea porque algún personaje lo menciona, lo canturrea o incluso suena de fondo en una escena determinada- y el/la autor/a aprovecha para reproducir algún fragmento, el estribillo o incluso la totalidad de la misma, pudiéramos los lectores disfrutar de su traducción?

Fundamentalmente sucede con temas en inglés aunque, en menor medida, también me ha pasado con canciones en francés (e incluso en alemán). Lo del conocimiento de varios idiomas está muy bien, pero creo que facilitar la lectura a los que desgraciadamente no pasamos del "nivel medio" en esos idiomas estaría mucho mejor.

Lo digo más que nada porque si la letra de una canción es apropiada o está relacionada con lo que está sucediendo en la historia (y entiendo que así debe ser en la mayoría de las ocasiones, y que por eso aparecen en el texto), no estaría nada mal que los lectores pudiéramos también disponer ahí mismo de su traducción, para una mejor comprensión y disfrute de la misma.

Que no cuesta nada poner una nota al pie de página con la traducción. O una llamada a un índice de notas al final del libro.

Gracias.