
Autor:
Eduardo Mendoza
Comedia
Editorial Seix Barral, S.A.
Biblioteca Breve
1ª edición: abril 2012
272 páginas.
BIOGRAFÍA
Con ya más de 40 años de carrera literaria a sus espaldas Eduardo Mendoza (Barcelona, 11 de enero de 1943) es uno de los escritores españoles más reconocidos en la actualidad, tanto a nivel de ventas y popularidad para el gran público, como a nivel profesional en cuanto a críticas y premios literarios.
Licenciado en Derecho (ejerció durante unos años en una asesoría jurídica), posteriormente estudió sociología y trabajó durante años como traductor en distintos organismos internacionales.
Debutó en 1975 con "La verdad sobre el caso Savolta", consiguiendo el Premio de la Crítica de ese año. En 1978 publicó "El misterio de la cripta embrujada", novela que inauguraba la serie del detective anónimo que continuaría con "El laberinto de las aceitunas" (1982), "La aventura del tocador de señoras" (2001), "El enredo de la bolsa y la vida" (2012) y la última hasta el momento "El secreto de la modelo extraviada" (2015).
Al margen de las obras protagonizadas por el singular detective, convertido en su personaje estrella, de entre su producción literaria cabe destacar "La ciudad de los prodigios" (1986), "Sin noticias de Gurb" (1991), "El año del diluvio" (1992), "Mauricio o las elecciones primarias" (2006), "El asombroso viaje de Pomponio Flato" (2008) y "Riña de gatos. Madrid 1936" (2010) con la que resultó ganador del Premio Planeta.
SINOPSIS
El anónimo detective de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras regresa a la acción en tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy, en una carrera contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los Servicios de Seguridad del Estado.
Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda, Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales, con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa (más conocido como el Juli), la Moski (una acordeonista callejera), el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.
COMENTARIO
Parece que para algunos autores no pasan los años. Y para sus personajes tampoco. Da cierto vértigo pensar que el personaje principal de la historia -ese loco maravilloso del que continuamos sin saber su nombre-, apareció por primera vez allá por 1978 y ahora, casi 40 años después, se nos muestra tan fresco y actual como en su primera aparición.
En esta ocasión Mendoza nos regala, una vez más, una historia sin pies ni cabeza. Una sucesión de escenas disparatadas, cada una más surrealista que la anterior, por las que vamos transitando con la sonrisa puesta. Diciendo verdades como puños (duras en ocasiones) y no dejando títere con cabeza, el maestro Mendoza nos brinda un retrato coral de un buen puñado de personajes que conforman nuestra sociedad actual, que tampoco ha evolucionado tanto, en algunos aspectos, respecto a la de hace 40 años.
"Las
mujeres son más sensibles (...) Los hombres son más obtusos: el dinero y
el fútbol les tienen bloqueado el hipotálamo y no les circulan los
fluidos vitales. En cambio las mujeres, en cuanto desconectan el móvil,
liberan los poderes de la mente y a la que te descuidas ya han alcanzado
la percepción extrasensorial". Página 193.
El tono general de la novela es humorístico y algunos momentos
directamente de carcajada. Entre ellos cabe destacar el discurso del
alcalde (personaje que ya había aparecido en otras ocasiones y que
continúa dando muestras de su preparación) y la escena del
multitudinario recibimiento en el aeropuerto (impagable el grupo de
chinos, pancarta en mano, saludando al GENERAL TAT). Sin olvidarnos del juego constante que constituyen los propios nombres de los personajes que van apareciendo. Poco que añadir a lo ya mencionado en la sinopsis. Tan solo un apunte, a modo de ejemplo:
"- ¿Cómo te llamas?
- Todos me llaman Quesito.
- Es ridículo. ¿Cuál es tu verdadero nombre?
- Marigladys.
- Bueno, después de todo, Quesito no está tan mal". Página 27.
El "humor mendoziano", siempre
presente, alcanza en esta obra la categoría de genial. Mezclando con
maestría la sátira, el absurdo y la crítica social el autor nos conduce
magistralmente a través de una trama (solo) aparentemente policial
convertida en una moderna novela picaresca, y que constituye un
verdadero placer para evadirnos de cualquier preocupación y disfrutar
con lo que estamos leyendo.
Hacía tiempo que no leía a Eduardo Mendoza y lo he encontrado como siempre: irónico, por momentos ácido, disparatado... en plena forma. Mendoza en estado puro. Y eso, señores, es mucho decir.
* Próxima lectura:
El mal camino, de Mikel Santiago.